lunes, 28 de marzo de 2011

Érase una cocina terminada

¡¡¡Por fin hemos acabado de montar la cocina del Ikea!!! En principio teníamos previsto dedicarle un fin de semana completo, pero al final nos han hecho falta 3. Lo prometido es deuda, así que aquí tenéis una prueba gráfica de lo que os hablo.


Con estas fotos queda demostrado que Dios, Alá, Buda o Lady Gaga no me llamaron por el camino de la fotografía, pero está sacada con el móvil y de noche y la cocina es pequeña y va en forma de L, así que no se cabe entera en una foto. Para acreditar que la cocina está montada, yo creo que es suficiente.

Del diseño original hemos ido cambiando cosas sobre la marcha. Lo típico, que una vez montado te das cuenta de que el horno queda demasiado alto, el enchufe que pilla en medio de un armario, la tubería que pasa por donde tienes que hacer un agujero... Al final hemos aprovechado hasta el último milímetro cuadrado de superficie. Todavía el sábado descubrimos que teníamos los 15 cms justos para un armario pequeño y tocó vuelta al centro comercial, esta vez Leroy Merlin, a comprarlo.

Parece que a pesar del reducido tamaño de la cocina (2.40 x 2.40), hemos conseguido sacar bastante espacio de almacenaje, aunque ocurrirá como siempre, que cuanto más hueco tienes, más mierda acumulas y nosotros que somos de no tirar nada (Síndrome de Diógenes lo llaman algunos) es más que seguro que lo llenaremos.

Creo que la parte más divertida fue la compra y eso ya lo comenté en su día. Del montaje poco hay que rascar, a pesar de estar tantas horas juntos y acabar hasta los huevos, pocas anécdotas han surgido.

Hemos descubierto que paredes, techo y suelo parecen estar perfectamente rectos y a escuadra entre ellos hasta que tratas de encajar un mueble y ves que aquello hace más eses que la subida al Tourmalet.

También me he dado cuenta la cantidad de herramientas que tengo y lo difícil que es explicarle a alguien que no ha tocado ninguna de ellas en su vida, como ÉL, cual es la que me tiene que acercar en cada momento, ya que tampoco sabe su nombre.

Pero la verdad es que hacemos buen equipo para esto del bricolaje, a mí se me da muy bien ensamblar las piezas y todo eso, pero soy un desastre del orden y la limpieza, ya que nunca sé dónde he dejado el destornillador o el martillo y el serrín se va acumulando hasta formar una nube tóxica. Es ahí donde entra ÉL y su infinita paciencia, para devolver a su lugar todas las herramientas que yo voy dejando desperdigadas y para ir limpiando el rastro que voy dejando, porque hay que ver el peligro que tengo con una sierra en la mano.

A pesar de algunos momentos de tensión fruto del cansancio acumulado, parece que el resultado ha merecido la pena. Cada vez que utilicemos la cocina, podremos pensar orgullosos que aquello lo hicimos nosotros. Y una vez que los señores de Silestone nos hayan colocado la encimera, ya os podré invitar a tomar el té en la cocina. Ahora ya sólo nos quedan otras 5 estancias...

7 comentarios:

  1. Que apañados que sois. La mia tbm es del Ikea, pero vinieron a montarla, que yo con un destornillador solo se hacer ruido, jajaja. Os ha quedado muy chula, la verdad, y aunque sea pequeña, la habéis apañado muy bien.

    Un beso.

    ResponderEliminar
  2. Yo ya he comentado que gran parte de la casa de D. me la he currado yo, así, modestamente y como quien no quiere la cosa, hay pruebas gráficas de aquello. Claro que en su caso, D. organizaba, yo curraba y luego pues me daban ataques irrefrenables de tener todo listo siempre, unas energías inusitadas en mi. Aunque la cocina estaba ya hecha, han sido horas y horas de montaje, obras menores, taladros y destornilladores... un suplicio del que ahora... estamos disfrutando.

    Bicos Ricos

    ResponderEliminar
  3. Yo desde que me emancipé (hace ya la friolera de seis años y medio) he vivido siempre de alquiler y aunque estoy pagando una hipoteca en ese piso vive mi abuela y ya estaba medio montado cuando lo compré (o debería decir compramos?, da igual) el caso es que como vivo en otra ciudad y mi abuela es mayor contrató a unos operarios para que le hicieran el resto. Os ha quedado muy mona la cocina, aunque soy más de café tampoco le hago ascos a un buen té.

    Besos. (Sigo esperando, ejem xddddddd)

    ResponderEliminar
  4. Pues parece, por lo que se ve, que ha quedado muy bien.... pero y de momento como os arreglais? y ahora aun sin encimera como haceis las cosas? Y al final aparte de ese nuevo elemento os sirvió todo y teniais todo lo que hacía falta? A mi me parece un milagro, jaaja


    Bezos.

    ResponderEliminar
  5. Kotei, me ha hecho gracia lo del ruido con el destornillador. Con un poco más Mayumaná se monta un espectáculo, piénsatelo.

    Pimpf, espero que el suplicio acabe pronto y llegue el disfrute.

    Christian, yo también he vivido (y todavía sigo) siempre de alquiler, así que nunca me he tenido que preocupar de esto, porque los pisos ya venían amueblados. Para todo hay una primera vez. Yo soy de café o té indistintamente. Lo importante es lo que haya para mojar. ¿Qué es lo que sigues esperando? Seguro que ya he vuelto a meter la pata...

    Thiago, de momento vivimos de alquiler en otro piso. Este de momento nos lo estamos reformando pero con calma, para más adelante irnos a vivir allí. Al final teníamos de todo. Sólo ha habido que devolver una tabla y un cajón de más, que nos sobraron. Y de tornillos y piezas de estas que ponen de más, tenemos para vender al peso y forrarnos.

    Besos a todos!!

    ResponderEliminar
  6. jajajajajaja pero qué bonita está la cocina! Y cuándo invitas a ese café, dices? XD

    ResponderEliminar
  7. Z, a partir de este fin de semana, cuando quieras. Eso sí, hay que tomarlo de pie.

    Un beso!!

    ResponderEliminar