Érase un finde un poco más activo

Este fin de semana ha sido un no parar, bueno tampoco tanto como eso, pero después de que en los últimos prácticamente no salí de casa, el cambio se nota.

ÉL sigue expatriado por decisión propia en casa de sus padres, así que si Mahoma no va a la montaña, pues ErBitxin va a casa de sus suegros, aprovechando claro que ellos no estaban, porque se habían ido a pasar el finde al pueblo.

Todo empezó el viernes con un pequeño malentendido. ÉL me dijo que iba a hacer una pizza para cenar, pero como yo había comido muy tarde, cuando llegó la hora de la cena no tenía hambre. Pues resulta que para ÉL lo de la pizza resulta que era una cena romántica, así que se enfadó porque no cenamos juntos...
Pero bueno, la sangre no llegó al río y al final celebramos como era debido nuestros primeros 2000 días en común.

El sábado fuimos al parque de atracciones y como tuvimos unos pequeños problemas con nuestros abonos, también tuvimos que hacer una breve visita al zoo para que nos lo solucionasen.

En el parque de atracciones muuuuucha gente, pero vamos que era de esperar con el día tan bueno que hacía. Además como a ÉL no le gustan las atracciones fuertes, pues no tuvimos que hacer mucha cola, porque en las flojuchas casi nunca se quiere montar nadie. A la hora de la comida nos costó decidir el lugar, porque el buffet libre al que vamos siempre estaba cerrado porque se estaban celebrando allí primeras comuniones, así que tocó buscar sitio alternativo y al final, aunque tuvimos que esperar un montonazo a que nos atendieran, nos metimos una pedazo parrillada entre pecho y espalda que mereció la pena.

En el zoo parece que había menos gente, aunque todo el mundo debía tener problemas con sus abonos, porque en la oficina donde se gestionan nos tiramos como una hora de espera. Y todo porque había una persona sola atendiendo y los ordenadores tampoco estaban mucho por la labor. Después de que nos hiciesen unas tarjetas nuevas sin coste, dimos una mini-vuelta por allí, sobretodo para ver a los pandas y para casa.

El domingo por la mañana tocaba ejercer nuestro derecho al voto. Como todavía no estamos empadronados en el mismo hogar, nos tocó visitar dos colegios electorales. Primero el mío, donde no había casi nadie y después el suyo donde había más gente, pero casi todos en otras mesas, así que resolvimos el trámite pronto. Además es la primera vez que los dos hemos votado lo mismo, parece que cada vez nos compenetramos más.

Y por la tarde nos fuimos a ver más bichos, esta vez al IFEMA, donde había una feria de mascotas, fundamentalmente perros. En cuanto nos vayamos a vivir al nuevo piso, queremos ampliar la familia con un perrillo, así que aprovechamos para ver un poco el mundillo de las mascotas.

Allí vimos una competición de Agility, vamos un circuito de obstáculos para los perros y cuando conseguimos adivinar cuál era el recorrido que tenían que hacer los perros, hasta resultaba emocionante.

Después dimos una vuelta por los diferentes stands que había de veterinarios, seguros, piensos, collares y accesorios,... pero lo pasamos rápido, porque como todavía no tenemos bicho, pues no había mucho interés.

Y de ahí pasamos a la competición de belleza de razas (no sé si realmente se llama así). Si lo del Agility era interesante, esto otro era un coñazo, por lo menos para un par de visitantes que no entienden nada del tema y que veían desfilar a perros que parecían clónicos. Había un montonazo de razas curiosas, entre las que figuraba la raza de la que queremos que sea nuestro perro, así que nos hicimos una idea de cómo será. Pero a parte de esto, como digo, esta competición me parece un coñazo tanto para el perro, como para su dueño que se tira 5 horas cepillando al bicho y aplicándole todo tipo de cosméticos.

Después de la feria, cada mochuelo volvimos a nuestro olivo particular y supongo que hasta el próximo fin de semana no nos volveremos a ver.