Después de la interrupción, por la noticia de la adopción de Luffo, seguimos con el relato del crucero, como siempre, desde el punto de vista de dos novatos en ese mundillo.
Al igual que no pudimos elegir el camarote, pero la jugada nos salió redonda, tampoco pudimos elegir el turno de cena, ni la mesa y en ese caso, sí que salimos perdiendo.
Había dos turnos de cena, a las 19:30h y a las 22:00h. Nos asignaron el primero, que a priori, parecía más un horario para merendar que para la cena.
La cena en los cruceros, por lo visto, es el único evento diario formal. El desayuno es buffet en todos los restaurantes. Para la comida, hay restaurantes buffet y otros a la carta, pero llegas a la hora que quieres y te sientas donde haya sitio. En cambio la cena tiene una hora de entrada, los 15 primeros minutos a partir de la hora indicada y tienes una mesa asignada, a compartir con otras personas.
Cuando nos dijeron que estábamos en el primer turno, valoramos el pedir un cambio para el segundo, por si había plazas, pero al final no lo hicimos. Gran error. No por la hora, sino por la compañía que nos tocó. El motivo para no pedir el cambio fue que como teníamos todos los días excursiones, íbamos a desayunar muy pronto, volveríamos a mediodía y comeríamos pronto y el horario de la cena sería un poco más lógico.
También estaba el tema de los espectáculos. En el barco, además de las actividades de animación, había cada día un gran espectáculo en dos pases y estábamos interesados en verlos casi todos. Los del primer turno de cena, primero cenábamos y luego veíamos el espectáculo, mientras que los del segundo turno, primero tenían el espectáculo y luego cenaban. Nos parecía más lógica la primera opción: ver el espectáculo ya cenados, tomándonos una copa, o dos, o.... muchas. ¡¡Viva el todo incluido!!
Bueno, pues al final no pedimos el cambio de turno, y el primer día llegamos a las 19:35h al restaurante y nuestro camarero, tocayo mío, nos acompañó a nuestra mesa. Era una mesa alargada para 8 personas y ya estaba esperándonos allí el primer comensal. Era un chico más o menos de nuestra edad y al preguntarle si estaba sólo nos dijo que su acompañante no había podido ir, así que dejamos un hueco libre a su lado, pensando que otro día vendría a la cena y nos sentamos a continuación, en el mismo lado de la mesa. Y esperamos a los demás comensales.... y esperamos... y esperamos y..... no vino nadie más.
Aquella cena vista desde fuera debía ser un cuadro: un tío sólo en un extremo de la mesa y otros dos en el otro extremo del mismo lado y al frente nadie. Tratamos de entablar conversación con él, pero la postura no era muy cómoda y tampoco el chico ponía mucho entusiasmo, así que prácticamente cenamos a nuestra bola, como si estuviésemos solos en la mesa.
Como íbamos los dos solos, la verdad es que teníamos la esperanza de conocer gente y hacer amistad en la mesa, pero nada. Normalmente colocan a la gente por edad o situación similar, es decir, familias con familias, grupos de amigos con grupos de amigos, jubilados con jubilados, así que nos debería haber tocado una mesa de parejas jóvenes, similar a las que teníamos a ambos lados.
La verdad es que durante todo el crucero nos dieron mucha envidia los de esas mesas, porque se ve que congeniaron muy bien e hicieron amistad, porque luego les veíamos juntos en la discoteca o los bares. En cambio a nosotros nos había tocado el seta este. Que la verdad, no estaba mal, pero o era soso o le faltaba un verano o las dos cosas.
Cada día encuentras en el camarote el periódico con las instrucciones para todo el día. Horas de atraque y de vuelta a bordo, orden de desembarque, actividades de animación, etiqueta para la cena... El primer día, la vestimenta para la cena era informal, pero en las instrucciones ponía claramente que a cenar había que ir en pantalón largo. Pues nada, el chico este en bañador y chanclas ¿¿¿???
La segunda noche era la cena de gala. En todos los cruceros hay un día en el que hay que emperifollarse, y el capitán viene al restaurante para hacer un brindis y presentar a los oficiales. Nosotros nos llevamos camisas y pantalones de vestir para esta ocasión, pero sin llegar al traje y corbata. Pues al llegar al comedor, nos encontramos que de nuevo estaba sólo nuestro compañero de la noche anterior y en vaqueros y camiseta.
A nuestro alrededor, el resto de gente se notaba que estaba más o menos arreglada. Muchos y, sobretodo muchas, de auténtica gala, pero sin duda, el único en camiseta, nuestro acompañante. Esta vez, decidimos sentarnos justo en frente suyo, para tratar de entablar conversación. Pero de nuevo no se le veía muy por la labor.
Conseguimos sacarle que había reservado para venir con su novia, pero que acababan de cortar y ya que le iban a cobrar todo el viaje si lo cancelaba, había decidido venirse sólo. Al oír esto, nos esforzamos todavía más en tratar de animarle y hablar con él, pero pasaba de nosotros. Sólo estaba pendiente de su móvil y le debíamos incomodar, porque en cuanto sirvieron el postre, se largó.
La siguiente noche era la cena tropical y los camareros al final hacían un show y empezaban una conga gigante con todos los comensales. Pues nada, al traer el postre se lo engulló y se largó. Ya habíamos quedado ÉL y yo en que esa sería la última oportunidad en intentar un acercamiento. Lo intentamos, pero todo seguía igual o peor. Pasando de nosotros. Incluso habíamos hablado entre nosotros de invitarlo a que se viniese a tomar algo después de la cena, pero no hubo oportunidad.
Cuando nos quedamos solos, mientras esperábamos a que el resto de mesas acabase (obviamente tardaban mucho más que nosotros, porque eran más y charlaban), para ver el baile de los camareros, nuestro camarero se acercó y nos dijo que sentía nuestra situación y que lo había comprobado y deberíamos ser 4 parejas jóvenes, pero las otras dos habían pedido el cambio de turno y nuestro compañero estaba desparejado.
El resto de noches no fuimos a cenar al restaurante asignado, fuimos a un pequeño buffet que se organizaba junto a las piscinas y aunque estaba prácticamente desierto, por lo menos no había los silencios incómodos que habíamos tenido las noches anteriores. Podíamos estar a nuestro aire y comer lo que quisiésemos.
La última noche volvimos al restaurante para despedirnos, más que de nuestro acompañante, de los camareros, que habían sido muy majos. Tratamos de hablar con el chico sobre las cosas que habíamos hecho en el crucero, pero a todo nos decía que el no había ido. Ni excursiones, ni animación, ni espectáculos, ni bares... así que adiós muy buenas.
De verdad que nos esforzamos todo lo que pudimos en que estuviese a gusto, pero no hubo manera.
jueves, 9 de agosto de 2012
martes, 7 de agosto de 2012
Érase una adopción (II)
Continuando con el proceso de adopción que empecé a contar ayer, nos habíamos quedado en que estábamos en una protectora, bastante hundidos porque no nos iban a entregar el perro que queríamos y que estaba delante nuestro.
Sin darnos tiempo para reaccionar, nos pasaron a los recintos donde tienen a todos los perros, pero estábamos tan desilusionados que nos entró un agobio horrible al ver a tanto perro junto.
Por suerte, llamaron a Mónica para que se ocupase de otra tarea y se encargó de nosotros una de las jefas de la protectora, que nos llevó otra vez a la oficina, para casi volver a repetir toda la entrevista y charlar un poco con nosotros. Yo creo que lo hicieron al ver cómo estábamos.
Después nos volvió a llevar con los perros y nos dijo que fuésemos viendo y que luego le dijésemos cuál queríamos, pero con esta mujer todo fue bastante frío. Por el camino, ninguno de los perros conseguía que nos olvidásemos del que estaba fuera.
También la llamaron para ocuparse de otra cosa y la sustituyó una tercera persona, María otra voluntaria, que sólo nos preguntó que tipo de perro queríamos. Contestamos por tercera vez que mediano, joven pero sin llegar a cachorro, atlético y de pelo corto y ya se centró en enseñarnos sólo ese tipo de perro. Además ella sí que conocía bien a todos los perros. Se notaba por todas las explicaciones que nos daba de cada uno de ellos, de cómo se portaban, como habían llegado hasta allí, edad, tiempo que llevaban...
Ella nos propuso a sus dos preferidos y nosotros vimos a dos que nos gustaron y que resultaron ser hermanos. Primero paseamos por el patio a sus dos preferidos y cuando dijimos que nunca habíamos paseado a un perro, nos estuvo enseñando trucos y consejos y nos ayudó mucho. La lástima es que aquellos perros pasaban de nosotros y en el paseo tiraban demasiado, así que decidimos cambiar.
Cuando nos sacó los hermanos que nos gustaron a nosotros (un macho y una hembra) todo fue distinto. Nada más llegar con nosotros ya se tiraron al suelo esperando a que les hiciésemos mimos y el paseo fue genial con ellos. Incluso estuve corriendo un poco con cada uno de ellos, que es una de las cosas que me gustaría hacer con el perro. Seguían el paso perfectamente, parecía que llevase toda la vida con ellos.
Ahora llegó el dilema, escoger entre el macho y la hembra. Todas las personas que pasaban por nuestro lado nos decían que estábamos de foto familiar, los dos con los dos perros y nos insistían bastante en llevarnos los dos. La verdad es que fue un poco agobiante, pero bueno, ya hablando un poco más en serio con María, nos dijo que si nos daba lo mismo, a ellos normalmente les cuesta menos dar en adopción a las hembras, así que adjudicado, nos quedamos con el macho.
Si recordáis el proceso que me dijeron, se suponía que tenían que ver la casa y al preguntárselo, nos dijeron que sí, que ellos nos llevaban al perro, veían la casa y si todo estaba en orden ya se quedaba con nosotros. Y que lo harían aquella misma tarde.
Como nos habían dicho que el proceso era muy lento, no teníamos nada preparado, así que de vuelta a casa tuvimos que parar a comprar lo básico: comedero y bebedero; collar, arnés y correa; comida y cama y algún juguete.
La compra la hicimos a la velocidad del rayo, tanto que tuvimos que volver después a cambiar la talla del collar y del arnés. Pero aún así, cuando llegamos a casa acababa de aparcar la furgoneta de la protectora. Hablamos con ellos para que esperasen un poco a que subiésemos todos los trastos y nos organizásemos y en 5 minutos ya estaban ellos y el perro con nosotros en el piso.
Sobre el piso, no hicieron ningún comentario. Fuimos directamente a los papeleos: Cartilla, contrato, chip identificativo... Se daba por hecho que Lucano, que es como se llamaba el perro en la protectora, iba a quedarse con nosotros.
A nosotros el nombre nos parecía muy largo y Luca o Luck no nos acababa de convencer, así que decidimos rebautizarlo como Lufo. Y sin más, aquí os lo presento:
lunes, 6 de agosto de 2012
Érase una adopción (I)
Interrumpimos la emisión de la programación habitual en la que se venía hablando de nuestro crucero, para dar paso a una noticia de última hora: ya hemos ampliado la familia.
El sábado tuvimos una cita en la protectora ALBA para realizar una entrevista de idoneidad para la adopción. Y se vé que la pasamos, porque ya tenemos a Lufo entre nosotros.
ÉL siempre ha querido tener perro, pero hasta ahora, como siempre habíamos estado de alquiler, pensábamos que no era el momento. Yo, hasta estar con ÉL, ni siquiera me lo había planteado, pero la verdad es que de tanto oírselo, ha conseguido que me ilusionara con el tema.
Además, con el tipo de vida que llevamos, más diurna que nocturna, más casera que de salir, más de campo que de ciudad, creemos que un perro puede encajar bien con nosotros.
Al final se han juntado tres circunstancias, una es que ya tenemos piso en propiedad (compartida con el banco, claro), otra es que ahora trabajo desde casa y la tercera es que acabamos de volver de vacaciones, pero al seguir en verano, todavía seguimos los dos con jornada reducida. Así que creímos que el momento era el oportuno y nos pusimos manos a la obra.
El proceso no ha sido tan sencillo como podíamos pensar. Primero contactamos por email con una protectora en cuya web vimos un cachorrillo que nos interesó. Nos contestaron que estaban muy liados, que esperásemos un par de días a que se pusieran en contacto con nosotros, recalcando que no llamásemos, porque no podrían atendernos. Pasó el tiempo y nunca más se supo. A la semana el cachorro ya figuraba como adoptado.
A continuación, contactamos con otra protectora, pero esta vez sin ver ningún animal en concreto por la web, para no hacernos ilusiones. Quedamos para un sábado, pero cuando llegamos allí, ni nos abrieron la puerta. Nos dijeron que estaban en cuarentena porque habían detectado un brote de una enfermedad en un perro y no sabían si el resto se podía haber contagiado, pero a su vez, nos daban largas cuando les hablábamos de volver cuando acabase la cuarentena. Sospechamos que el problema vino cuando vieron que la pareja con la que habían quedado era de dos chicos. Por cierto, investigando sobre la enfermedad que nos pusieron como excusa, resulta que es hereditaria, no contagiosa.
Para darnos largas, nos dijeron que probásemos con la perrera municipal del Ayuntamiento de Madrid. Y lo intentamos, pero había que pedir cita previa y cuando lo intentamos, resultó que al ser funcionarios (un saludo a todos los funcionarios, antes de que nadie se rebote y acabe esto como lo de Marta Sánchez) en verano sólo trabajan de lunes a viernes por la mañana, así que no podíamos ir.
Hasta ese momento me había encargado yo del tema, pero como ya estaba bastante desilusionado, tomó el relevo ÉL y buscó más protectoras. En la página web de una de ellas se enamoró de un animal de 2 añitos, que estaba en acogida, por lo que ya estaba perfectamente educado y listo para unos novatos como nosotros. Contactamos con ellos, aclarándoles el perro que nos interesaba y quedamos para el pasado sábado.
Nos dijeron que el proceso era más lento, que primero nos tenían que hacer una entrevista, después ver nuestra casa y si todo lo veían bien, ya nos pondrían en contacto con la casa de acogida. Pero que no nos preocupásemos que el perro estaba disponible y esperándonos.
Al llegar al sitio (por cierto, por un camino de cabras) nos encontramos que estaba allí el perro que nos interesaba, así que pensamos que lo habían llevado por nosotros.
Hicimos la entrevista con Mónica, una de las voluntarias y fue super simpática con nosotros, informándonos muy bien de todo y declarándonos aptos. Al preguntarle sobre el perro que nos interesaba, que estaba allí al lado, nos dijo que no le conocía, pero se fue a informar.
Pues zás, la primera en la frente. Resulta que el perro estaba allí porque se lo iban a llevar a una familia de Alemania, pero a su vez, los propietarios que lo tenían en acogida, se querían quedar con él porque decían que era genial, pero les estaban diciendo que ya era tarde y estaban en plena llorera. Un cuadro, vamos.
La cara de ÉL era un poema. Primero se había enamorado del bicho por la web, luego habíamos visto que estaba perfectamente educado y que era ideal para unos novatos y finalmente el verlo en carne y hueso. Al decirle que no iba a ser para nosotros, estoy seguro que habría querido largarse llorando de allí. Menos mal que no lo hizo.
viernes, 3 de agosto de 2012
Érase un crucero (II)
Bueno pues una vez que llegamos al barco, como todavía no teníamos las maletas con nosotros, decidimos que lo mejor era comer, antes de que embarcara toda la marabunta.
La noche anterior, estuvimos hasta última hora haciendo las maletas, así que no pudimos ni cenar. Tampoco habíamos desayunado, así que estábamos caninos. Pues nada, otro fallo de catetos. Como no conocíamos el barco, nos metimos en el primer restaurante que encontramos, de los muchos que tenía el barco. Obviamente, resultó que era el peor. No tenía ni postres. Nos enteramos después de que era el bar en el que se servían las meriendas.
Después de medio comer, seguimos con la vuelta de reconocimiento por el barco y encontramos un buffet que tenía muchísima mejor pinta, así que había que empezar a aprovechar eso del todo incluído y allá que entramos a terminar de comer.
Bueno, creo que realmente no dejamos de comer y beber desde que embarcamos en Barcelona, hasta que volvimos a desembarcar, que lógicamente lo podíamos haber hecho rodando.
Fuimos al camarote y nos dimos cuenta de que con eso de no haberlo podido escoger y supongo que viendo dos nombres de chicos, nos habían dado uno con dos camas. Pero estábamos muy arriba (9ª cubierta) con un pedazo de ojo de buey, aunque no lo parezca en la foto es mucho más grande que el típico redondo que tenían los de las cubiertas más bajas y con bastante espacio para movernos.
Aunque ese no fue el camarote en el que nos quedamos. Al hacernos la tarjeta de embarque, habíamos visto un cartel en el mostrador que decía que por muy poco dinero podíamos mejorar la categoría de nuestro camarote, así que fuimos a recepción a informarnos. Más por pasar el rato que por otra cosa y pensando que, como nuestro camarote era de la mejor categoría, nos cobrarían un ojo de la cara por mejorarlo. Pues resultó que el precio irrisorio que ponía en el cartel era para subir una categoría, independientemente de cuál fuera. La categoría siguiente a la nuestra ya pasaba de camarote a suite, en nuestro caso "Suite junior con balcón privado" y decidimos que para una vez que hacíamos un crucero, estaría muy bien hacerlo a lo grande, así que pedimos el cambio en recepción.
Enseguida llamaron al que sería nuestro mayordomo durante el viaje para que nos acompañara a verlo y valorásemos si nos interesaba el cambio. Y nada más abrirnos la puerta, nuestros ojos abiertos como platos ya debían delatar que íbamos a pedir el cambio.
Las mejoras: una cubierta más arriba (por lo visto, en un barco esto es importante), balcón privado con dos tumbonas y una mesita, una cama de matrimonio King-size, un sofá cama, mesa de comedor, tocador, bañera enorme en vez de plato de ducha, zapatillas y albornoces con cambio diario, una tele más grande que la de mi casa, mayordomo...
Pues finalmente, esta fue nuestra suite.
jueves, 2 de agosto de 2012
Érase un crucero (I)
Hoy voy a hablar sobre las estupendas vacaciones que hemos disfrutado. O, por lo menos, voy a empezar a hablar sobre ellas, porque intuyo que me va a salir más de un post.
Siempre es conveniente empezar por el principio, porque si no, podríamos confundir la cara con el culo y no quiero que me llaméis caraculo. En este caso, el principio son los preparativos del viaje.
Teníamos pensadas varias opciones de viajes, todas ellas con la casa con ruedas. Pues resulta que un día, hablando sobre nuestras vacaciones con mi jefa, me comentó que tenía un contacto en una agencia de viajes que le había soplado que habría una oferta de última hora muy buena para un crucero.
Lo comenté con ÉL y nos pareció que después del año que llevábamos liados con las reformas, nos merecíamos un viaje más descansado que los que hacemos con la casa con ruedas, así que pillamos esta oferta, que como digo estaba muy bien de precio.
Se trataba de un crucero por el Mediterráneo occidental, con salida y retorno a Barcelona y escalas en Túnez, Nápoles, Roma, Florencia y Mónaco en régimen de todo incluído. Una gozada, vamos.
Pero como siempre, tenía letra pequeña, en este caso la condición era que no podíamos elegir camarote, ya que sería la Naviera la que nos asignaría uno a su antojo. Nos temíamos que nos iba a tocar uno interior por debajo de la línea de flotación del barco, pero cual sería nuestra sorpresa cuando nos llegó la documentación definitiva y comprobamos que nos habían dado el mejor camarote posible, uno de la categoría "Camarote Exterior Gran Lujo", que no sabíamos exactamente cómo sería, pero sonaba bien.
La cosa empezaba bien, pero no todo, porque por ahorrarnos unos euros, en lugar de pillar un AVE a Barcelona, que nos habría salido por un ojo de la cara, decidimos viajar en el tren nocturno. Sin duda este fue el gran error del viaje. ¡¡A Dios pongo por testigo que nunca más viajaré en un tren toda la noche!!
Después de un horror de viaje en el que apenas pegamos ojo, llegamos a Barcelona a primera hora y pusimos rumbo al puerto. Ya teníamos ante nosotros nuestra casa para los próximos 7 días y la verdad es que un bicharraco de estos visto desde justo debajo, impone mucho. De hecho, no hubo forma de sacar una foto en la que saliese el barco completo.
Había leído por Internet que el embarque es un proceso bastante más largo que el de los aviones, que ya es decir, así que me empapé de todos los consejos que daban y conseguimos ser de los primeros en embarcar y eso a pesar de no haber podido hacer el papeleo por internet, debido a que contratamos a ultimísima hora.
Como para nosotros ha sido el primer crucero, supongo que la crónica me quedará un poco de paletos, ya que por ejemplo os diré que yo pensaba que las maletas estarían con nosotros todo el tiempo. Pues no, al igual que en los aviones, en los cruceros hay que dejarlas en el mostrador de facturación y confiar en que estarán en el camarote dos horas después de zarpar. Afortunadamente, estuvieron.
El hecho de subir de los primeros al barco, nos permitió poder fotografiar la cubierta de las piscinas casi vacía, algo que no volveríamos a ver en el resto del viaje.
Siempre es conveniente empezar por el principio, porque si no, podríamos confundir la cara con el culo y no quiero que me llaméis caraculo. En este caso, el principio son los preparativos del viaje.
Teníamos pensadas varias opciones de viajes, todas ellas con la casa con ruedas. Pues resulta que un día, hablando sobre nuestras vacaciones con mi jefa, me comentó que tenía un contacto en una agencia de viajes que le había soplado que habría una oferta de última hora muy buena para un crucero.
Lo comenté con ÉL y nos pareció que después del año que llevábamos liados con las reformas, nos merecíamos un viaje más descansado que los que hacemos con la casa con ruedas, así que pillamos esta oferta, que como digo estaba muy bien de precio.
Se trataba de un crucero por el Mediterráneo occidental, con salida y retorno a Barcelona y escalas en Túnez, Nápoles, Roma, Florencia y Mónaco en régimen de todo incluído. Una gozada, vamos.
Pero como siempre, tenía letra pequeña, en este caso la condición era que no podíamos elegir camarote, ya que sería la Naviera la que nos asignaría uno a su antojo. Nos temíamos que nos iba a tocar uno interior por debajo de la línea de flotación del barco, pero cual sería nuestra sorpresa cuando nos llegó la documentación definitiva y comprobamos que nos habían dado el mejor camarote posible, uno de la categoría "Camarote Exterior Gran Lujo", que no sabíamos exactamente cómo sería, pero sonaba bien.
La cosa empezaba bien, pero no todo, porque por ahorrarnos unos euros, en lugar de pillar un AVE a Barcelona, que nos habría salido por un ojo de la cara, decidimos viajar en el tren nocturno. Sin duda este fue el gran error del viaje. ¡¡A Dios pongo por testigo que nunca más viajaré en un tren toda la noche!!
Después de un horror de viaje en el que apenas pegamos ojo, llegamos a Barcelona a primera hora y pusimos rumbo al puerto. Ya teníamos ante nosotros nuestra casa para los próximos 7 días y la verdad es que un bicharraco de estos visto desde justo debajo, impone mucho. De hecho, no hubo forma de sacar una foto en la que saliese el barco completo.
Había leído por Internet que el embarque es un proceso bastante más largo que el de los aviones, que ya es decir, así que me empapé de todos los consejos que daban y conseguimos ser de los primeros en embarcar y eso a pesar de no haber podido hacer el papeleo por internet, debido a que contratamos a ultimísima hora.
Como para nosotros ha sido el primer crucero, supongo que la crónica me quedará un poco de paletos, ya que por ejemplo os diré que yo pensaba que las maletas estarían con nosotros todo el tiempo. Pues no, al igual que en los aviones, en los cruceros hay que dejarlas en el mostrador de facturación y confiar en que estarán en el camarote dos horas después de zarpar. Afortunadamente, estuvieron.
El hecho de subir de los primeros al barco, nos permitió poder fotografiar la cubierta de las piscinas casi vacía, algo que no volveríamos a ver en el resto del viaje.
miércoles, 1 de agosto de 2012
Érase la vuelta al trabajo
Hay que ver lo rápido que pasa el tiempo cuando estás de vacaciones. Parece mentira, pero ya han pasado 3 semanas y ya estoy de nuevo de vuelta al curro y a la monotonía.
Bueno, de vuelta, lo que se dice de vuelta, llevo ya bastante tiempo, porque nuestro crucero fue hace ya 2 semanas, y desde entonces hemos estado en nuestro recién estrenado piso, terminando con las chapucillas pendientes y ya lo puedo decir oficialmente y gritar bien fuerte, porque con lo que hemos sufrido, la noticia lo merece: ¡¡YA ESTÁ LA MUDANZA TERMINADA!!
Ya terminaron los meses de obras, de mirar/comprar/transportar/montar muebles, de embalar/transportar/desembalar trastos, de discutir por cuestiones del nuevo piso, de malvivir entre escombros... Una cosa menos, que alivio.
Y ahora toca vuelta a la realidad, vuelta al trabajo. La verdad es que esta vuelta al trabajo está siendo bastante llevadera. Tengo a todos los jefes de vacaciones, estoy con horario reducido y trabajando desde casa, así que de momento no hay ni rastro de la depresión post-vacacional.
En las vacaciones me ha quedado una casilla pendiente de marcar, la visita a mi tierra y a mi gente. En lo que llevamos de 2012 todavía no he aparecido por allí y ya voy teniendo muuucha morriña. De este mes no pasa, me tengo que dejar caer por allí.
El problema es que ahora mismo tenemos otro asunto entre manos y a ver cuando puedo sacar tiempo para visitar a la familia y los amigos. El asunto en cuestión que nos tiene ahora mismo ocupados es el aumento de la familia, pero es un proceso burocrático más largo de lo que pensaba. El sábado empezaremos los trámites con la entrevista de idoneidad, así que a ver si nos consideran aptos para la adopción. Ya os iré contando.
La entrada de hoy quiero que quede breve, ya que los psicólogos recomiendan que las vueltas de vacaciones sean progresivas, así que he pasado un poco de puntillas por varios temas que ya iré contando más en detalle en próximas entradas.
Bueno, de vuelta, lo que se dice de vuelta, llevo ya bastante tiempo, porque nuestro crucero fue hace ya 2 semanas, y desde entonces hemos estado en nuestro recién estrenado piso, terminando con las chapucillas pendientes y ya lo puedo decir oficialmente y gritar bien fuerte, porque con lo que hemos sufrido, la noticia lo merece: ¡¡YA ESTÁ LA MUDANZA TERMINADA!!
Ya terminaron los meses de obras, de mirar/comprar/transportar/montar muebles, de embalar/transportar/desembalar trastos, de discutir por cuestiones del nuevo piso, de malvivir entre escombros... Una cosa menos, que alivio.
Y ahora toca vuelta a la realidad, vuelta al trabajo. La verdad es que esta vuelta al trabajo está siendo bastante llevadera. Tengo a todos los jefes de vacaciones, estoy con horario reducido y trabajando desde casa, así que de momento no hay ni rastro de la depresión post-vacacional.
En las vacaciones me ha quedado una casilla pendiente de marcar, la visita a mi tierra y a mi gente. En lo que llevamos de 2012 todavía no he aparecido por allí y ya voy teniendo muuucha morriña. De este mes no pasa, me tengo que dejar caer por allí.
El problema es que ahora mismo tenemos otro asunto entre manos y a ver cuando puedo sacar tiempo para visitar a la familia y los amigos. El asunto en cuestión que nos tiene ahora mismo ocupados es el aumento de la familia, pero es un proceso burocrático más largo de lo que pensaba. El sábado empezaremos los trámites con la entrevista de idoneidad, así que a ver si nos consideran aptos para la adopción. Ya os iré contando.
La entrada de hoy quiero que quede breve, ya que los psicólogos recomiendan que las vueltas de vacaciones sean progresivas, así que he pasado un poco de puntillas por varios temas que ya iré contando más en detalle en próximas entradas.
jueves, 5 de julio de 2012
Érase una de papeleo
Hoy he tenido un día de esos de burocracia pura y dura. En primer lugar, he firmado con CÁRNICA el anexo para mi contrato en el que aparecen todas las nuevas cláusulas relativas al teletrabajo. Creo que no me han metido ninguna demasiado abusiva, pero con estos temas nunca se sabe. Al final va a hacer falta ir con el abogado pegado al culo cada vez que haya que firmar algún papel.
Y en segundo lugar, me ha tocado renovar el DNI y el Pasaporte. El DNI para que aparezca ya con la nueva dirección. Ah que no sé si lo he contado ya, pero por fin me he ido a vivir al piso de ÉL. Ya lo contaré un poco más en detalle.
Y el pasaporte porque..... ¡¡¡MAÑANA ME VOY DE CRUCERO!!! Bueno, mejor dicho, mañana me voy a Barcelona porque el barco zarpa de allí el sábado. Lo hemos intentado, pero se ve que no cabía en el Manzanares.
Ya os contaré a la vuelta que tal la experiencia, que seguro que me da como mínimo para un par de post. Pero de momento, me vuelvo a ausentar de aquí 2 semanas, esta vez por vacaciones. La primera por el crucero (si lo repito tanto es para regodearme y daros más envidia !!qué pasa!!, jejeje) y la segunda, espero poder pisar mi tierra, que voy a batir, bueno ya lo he batido, mi récord personal. Llevo todo lo que va de año sin aparecer por allí y ya me va tocando.
Hasta la vuelta!!
Y en segundo lugar, me ha tocado renovar el DNI y el Pasaporte. El DNI para que aparezca ya con la nueva dirección. Ah que no sé si lo he contado ya, pero por fin me he ido a vivir al piso de ÉL. Ya lo contaré un poco más en detalle.
Y el pasaporte porque..... ¡¡¡MAÑANA ME VOY DE CRUCERO!!! Bueno, mejor dicho, mañana me voy a Barcelona porque el barco zarpa de allí el sábado. Lo hemos intentado, pero se ve que no cabía en el Manzanares.
Ya os contaré a la vuelta que tal la experiencia, que seguro que me da como mínimo para un par de post. Pero de momento, me vuelvo a ausentar de aquí 2 semanas, esta vez por vacaciones. La primera por el crucero (si lo repito tanto es para regodearme y daros más envidia !!qué pasa!!, jejeje) y la segunda, espero poder pisar mi tierra, que voy a batir, bueno ya lo he batido, mi récord personal. Llevo todo lo que va de año sin aparecer por allí y ya me va tocando.
Hasta la vuelta!!
martes, 3 de julio de 2012
Érase una nueva etapa laboral
Ayer empecé una nueva etapa en el trabajo, que es lo que me ha permitido volver a tener tiempo para dedicárselo al blog.
Pero vamos por el principio, porque antes de esta pausa blogeril me había despedido diciendo que empezaba un nuevo trabajo en un nuevo cliente: GAS POR UN TUBO. Pues bien, empecé allí y duré exactamente 8 horas, el tiempo que tardó PETRODOLARES en remover cielo y tierra para tratar de que CÁRNICA me devolviese allí.
Además mi vuelta coincidió en un momento muy estresante, ya que había un gobierno extranjero dando por saco y hubo que separar la compañía en dos, prácticamente de la noche a la mañana, lo que en el apartado informático, se tradujo en que hubo que traerse a España todas las infraestructuras y servicios que por abaratar costes se estaban dando desde el otro lado del charco.
Así que nada, sigo trabajando en PETRODOLARES como si nunca me hubiese llegado a ir. Bueno, en honor a la verdad, tengo que reconocer que he vuelto con un pequeño ascenso, aunque sólo en la denominación de mi puesto, porque sigo teniendo a la misma gente a mi cargo, el mismo sueldo (espero que por poco tiempo) y haciendo las mismas labores.
El gran cambio se produjo ayer, ya que tras unas semanas de ensayos, ayer comencé oficialmente a teletrabajar desde casa, lo que hace que me ahorre el ir hasta el pueblecito cercano a la Sierra y me aporta una mayor flexibilidad en la jornada laboral, ya que paso de trabajar en función de una dedicación en horas (uséase hacer lo que me dé tiempo trabajando de 8h a 17h) a trabajar por acuerdos de nivel de servicios (vamos, que me organice como quiera para terminar el trabajo a tiempo).
Hasta ahora, casi todo lo que he encontrado son ventajas, aunque también tiene pequeños inconvenientes. Por un lado, dejo de cobrar el plus de movilidad (bastante generoso) que me pagaban por ir hasta el lugar de trabajo, aunque me lo ahorro en gasolina y mantenimiento de la moto... pero salgo perdiendo y por otro lado, ahora ando con dos móviles a cuestas todo el día, el personal y el del trabajo, al que me pueden llamar en cualquier momento que se produzca una incidencia grave. Afortunadamente, en estos 7 años que llevo trabajando habrá habido unas 20 incidencias en las que me habrían tenido que llamar. Y además, qué narices, si en esos casos siempre me han llamado igualmente al móvil personal...
De todas maneras, tengo que ir a la oficina por lo menos un día a la semana, para tener una reunión con mi jefa en la que hacer el seguimiento de mi trabajo y tener otra reunión con el equipo a mi cargo, para que no se me duerman en los laureles, que a ellos también los han sacado de la oficina de PETRODOLARES, aunque su empresa en vez de enviarlos a cada uno a su casa como ha hecho CÁRNICA conmigo, los ha mandado a sus oficinas centrales.
Y de momento poco más que contar, ya que todavía estoy aclimatándome a la nueva situación, con el añadido de que también estoy estrenando piso, pero eso lo dejaremos para otro día.
lunes, 2 de julio de 2012
Érase un retorno
EEEEEOOOOOO Hay alguien por aquí. Ofú que abandonado está todo esto. A ver si me acuerdo de cómo se hacía... debe ser este botón... "Escribir nueva entrada" Sí, voy a darle... ale y ahora ¿qué cuento?
¿Pido perdón por la ausencia? Bah, eso ya lo he hecho otras veces y no sirve de nada si no hay propósito de enmienda. ¿Hablo de mi vida? No, todavía es pronto para perder a los pocos que queden por aquí. ¿Hablo de las fiestas del orgullo? Ah no, si no las he pisado... ¿Del partido de ayer? Pues va a ser que tampoco, porque no me gusta el fútbol, así que...
Quizás podría hablar sobre las cosas apasionantes que me han ido sucediendo durante estos meses (jo, meses ya, hay que ver cómo pasa el tiempo) pero... la verdad es que no podría hablar más que de reformas, visitas a Ikea, reformas, visitas al Leroy Merlin, mudanzas, cambios de trabajo, vueltas a cambiar...
Bueno, pues visto que no tengo nada interesante que contar, mejor lo dejo aquí. Y que sirva este post simplemente como reentrada en la blogosfera y a ver si me animo a escribir con más frecuencia, ahora que voy a tener más tiempo libre.
¿Pido perdón por la ausencia? Bah, eso ya lo he hecho otras veces y no sirve de nada si no hay propósito de enmienda. ¿Hablo de mi vida? No, todavía es pronto para perder a los pocos que queden por aquí. ¿Hablo de las fiestas del orgullo? Ah no, si no las he pisado... ¿Del partido de ayer? Pues va a ser que tampoco, porque no me gusta el fútbol, así que...
Quizás podría hablar sobre las cosas apasionantes que me han ido sucediendo durante estos meses (jo, meses ya, hay que ver cómo pasa el tiempo) pero... la verdad es que no podría hablar más que de reformas, visitas a Ikea, reformas, visitas al Leroy Merlin, mudanzas, cambios de trabajo, vueltas a cambiar...
Bueno, pues visto que no tengo nada interesante que contar, mejor lo dejo aquí. Y que sirva este post simplemente como reentrada en la blogosfera y a ver si me animo a escribir con más frecuencia, ahora que voy a tener más tiempo libre.
jueves, 22 de marzo de 2012
Érase un cambio de trabajo.... o no
Ya tengo nuevo curro!!! o eso creo...
Llegué el martes a mi puesto habitual en PETRODOLARES, pensando en que esta sería una semana corta y tranquila, ya que el lunes fue festivo en Madrid y que tengo poco trabajo que hacer y mucho tiempo para hacerlo.
Pues nada más lejos de la realidad. Abrí el correo electrónico y allí estaba un email de CARNICA (la empresa que me paga) esperándome en la bandeja de entrada desde el viernes a las 5 de la tarde. Teniendo en cuenta que el lunes era festivo y que los viernes salimos a las 2, no sé cuándo se pensaban que lo iba a leer.
En él me informaban de que el martes (el mismo día en que lo estaba leyendo) tenía que empezar en mi nuevo puesto de trabajo en GAS POR UN TUBO.
Dudé, traté de hablar con personas, pero sólo conseguía dar con máquinas que me invitaban a dejar mi mensaje después de un pitido y finalmente, decidí que era mejor tratar de cumplir las órdenes que tenía por escrito y me desplacé hasta el nuevo curro.
Teniendo en cuenta que PETRODOLARES está en las afueras del culo del mundo, llegué a GAS POR UN TUBO a media mañana y ya me estaban esperando, aunque he de decir que sin mucho entusiasmo.
Tampoco me esperaba una bienvenida con pancartas, globitos y confeti, pero sí algo más que siéntate donde puedas, léete esta documentación y cuando tengamos algo de tiempo ya te resolveremos las dudas.
Más tarde me enteré que la aversión no era hacia mi persona, sino hacia la situación. Y es que yo llegaba para ocupar el lugar de una mujer que no se reincorporaría a su puesto de trabajo tras la baja de maternidad, por el mero hecho de haber ejercido su derecho a solicitar una reducción de jornada por cuidado de un menor a su cargo.
Indignante sí, pero yo no tenía la culpa de aquello, ya que ni siquiera lo sabía.
A primera hora de la tarde, recibí un correo de CARNICA diciéndome que hasta nueva orden debía ir por las mañanas a GAS POR UN TUBO y por las tardes a PETRODOLARES. Así que el martes me tocó volver a cruzarme la comunidad de Madrid para llegar a PETRODOLARES.
Mis compañeros de PETRODOLARES al igual que yo, no entendían nada. No sabían si me iba, si me quedaba, durante cuanto tiempo... y para colmo mis jefas tanto de PETRODOLARES como de CARNICA no estaban localizables.
Ayer miércoles empecé ya directamente en GAS POR UN TUBO y luego me marché para PETRODOLARES y estando allí, me llamaron de nuevo para informarme que hasta nueva orden volvía a estar mañana y tarde en PETRODOLARES.
No entiendo nada, sólo sé que tengo recogidas todas mis pertenencias de ambos sitios, por si me dicen en cualquier momento que a uno de ellos no vuelvo.
Y así estoy sin saber a dónde tendré que ir mañana a trabajar.
jueves, 8 de marzo de 2012
Érase dos puestos de trabajo
En la última entrega del blog, que ya ni me acuerdo de cuándo la publiqué, me había quedado en que mi empresa me había concertado una entrevista de trabajo para un nuevo cliente. Pues bien, tuve la entrevista y me aceptaron.
En principio GAS POR UN TUBO andaba buscando 1 ó 2 personas y CARNICA nos llevó a los 3 que ahora mismo estamos en PETRODOLARES para que eligieran. No supieron decidirse por ninguno en concreto y al final nos aceptaron a los 3.
Personalmente creo que el cambio para mí sería muy bueno, ya que trabajaría a 10 minutos en moto de mi casa actual y lo que es más importante a 3 paradas de metro en línea directa, sin trasbordos, de mi futura casa. Y mucho más en el centro que ahora, que estoy en un polígono a las afueras de un pueblo de las afueras.
Profesionalmente también es toda una oportunidad, ya que supone un ascenso en mi estancada carrera, con nuevas responsabilidades y con más gente a mi cargo. Me convertiría en un jefecillo, de nivel muy bajo, pero jefecillo al fin y al cabo.
En mi empresa han querido organizar nuestra salida de PETRODOLARES de forma escalonada y han decidido que el primero en cambiar de aires sea yo. En principio habían fijado unilateralmente que mi último día en PETRODOLARES fuese mañana, empezando el próximo lunes en GAS POR UN TUBO.
Y esto ha desencadenado una guerra a 3 bandas entre CARNICA, PETRODOLARES y GAS POR UN TUBO, en la que nosotros 3 estamos enmedio del fuego cruzado y recibiendo todos los tiros.
Por mi parte, ahora mismo estoy bastante agobiado. Por un lado estoy con la incertidumbre de que sé que me voy, pero no sé cuándo, así que me tengo que espabilar para dejar todos mis temas lo más cerrados posibles. No por PETRODOLARES, que sinceramente no se lo merecen, sino por mi compañero, que se va a quedar más tiempo aquí y tiene que hacerse cargo de lo que yo deje a medias, de formar a mi sustituto y al suyo y de cerrar sus propios asuntos para organizar también su salida.
También tenemos que soportar más presión de nuestra jefa en PETRODOLARES, que se entera más de lo que pasa por lo que la contamos nosotros que por su propia empresa y está bastante agobiada con el asunto de perder a las 2 personas que ahora mismo somos quienes sacamos el trabajo adelante.
Un pequeño inciso, el tercer compañero que cambiará de trabajo con nosotros forma parte de otro equipo de trabajo, por eso no hablo de él, aunque supongo que su situación será parecida.
Casi todos los días tenemos llamadas de teléfono en la que una y otra vez nos cambian las fechas de salida y reuniones en las que una y otra vez nos cambian las prioridades en las cosas que tenemos que sacar adelante antes de irnos, así que ahora mismo lo tenemos todo empantanado y, yo por lo menos, ando pensando más en el nuevo puesto que en el actual, no lo puedo evitar, así que el cacao que tenemos en la cabeza es de órdago.
Para rematar la jugada, mi jefa de PETRODOLARES que me vé mucho más interesado en cambiar cuanto antes que en seguir aqui, me dejó caer ayer que en un futuro próximo podría haber vacantes de mi perfil en su empresa, lo que cumpliría las expectativas que tengo desde hace mucho tiempo, pero que una y otra vez se han visto incumplidas. Y me añadió que si me voy a GAS POR UN TUBO, sí que se cerrarían las puertas para mí en PETRODOLARES para siempre, así que un poco más de agobio. Por si tenía poco.
Hay que ver, en los tiempos que corren en los que hay tanta gente buscando que les quiera alguna empresa y yo aquí, acaparando puestos.
martes, 14 de febrero de 2012
Érase un dejarse querer
Hoy es un día en el que me voy a dejar querer, pero no tiene nada que ver con que sea el día de San Valentín.
No me confundáis, que no es que le vaya a poner los cuernos a ÉL. Es más, estamos mejor que nunca, haciendo planes de futuro sobre nuestro nidito de amor y a partir un piñón, como se suele decir, entre nosotros. Rozando el coma diabético de lo empalagosos que nos podemos llegar a poner.
De lo que hoy vengo a escribir es de que mi empresa me va a presentar a otro cliente y eso es un hecho casi histórico.
Me explico: llevo 6 años y medio en la empresa CARNICA en la que al principio me mandaron a un proyecto de "TRANSPORTES LA SUMA DE TODOS", para al poco tiempo compaginarlo con "COCHES CON VOLANTE A LA DERECHA" y finalmente me aparcaron en la gran empresa para la que trabajo: PETRODOLARES S.A. Digo que me aparcaron, porque llevo ya 6 años largos aquí. 6 años en los que la relación con CARNICA ha sido "cobro por tí y te pago tu porcentaje" y con PETRODOLARES S.A. ha sido "me haces el trabajo y pago a tu empresa".
La cosa últimamente está revuelta en PETRODOLARES S.A., con compañeros saliendo día tras día y con renegociaciones constantes entre PETRODOLARES y CARNICA para ajustar las tarifas.
Ante esta situación, mi empresa ha dado un golpe en la mesa y ha dicho que o cobran más por nosotros o nos lleva a otro cliente. Lo que vendría a ser una subasta de esclavos, al mejor postor. Y en esas estamos.
Esta misma tarde nos va a mirar el diente, a los 3 compañeros de CARNICA que quedamos en PETRODOLARES, el responsable de la empresa GAS POR UN TUBO. Esto supone volver a pasar una entrevista de trabajo, algo que hace como 4 años que no había vuelto a hacer y que me tiene un poco nervioso.
A priori el cambio, al contrario que a mis otros 2 compañeros, me parece interesante tanto en desplazamiento físico como en desarrollo profesional.
Físicamente PETRODOLARES está donde Cristo perdió la chancleta, como a unos 50 kms de mis casas, tanto presente como futura.
No tengo muy claro dónde estaría mi puesto de trabajo en GAS POR UN TUBO. Consultando en internet, sólo me aparece la ubicación de su sede central y si fuese allí el lugar donde tienen la informática, estaría a 10 kms. de mi casa actual y a sólo 4 de la futura. Esto ya es una gran ventaja.
Profesionalmente, en PETRODOLARES estoy muy estancado, porque aunque al comienzo ascendí muy rápido, llevo ya 4 años haciendo lo mismo y lo que es peor, sin posibilidad de mejora.
Lo que nos han vendido de GAS POR UN TUBO es que entraríamos con una categoría más alta de la que tenemos ahora, así que ya es una mejora y espero que en el sueldo también lo notemos, aunque con el ahorro en gasolina, ya me daría por satisfecho.
Ahora me bajaré a comer, después nos iremos a CARNICA a charlar con el comercial de turno, para que nos cuente más detalles del nuevo proyecto y finalmente, nos llevará a los 3 de excursión a GAS POR UN TUBO, para que nos evalúe el responsable de allí.
Con la poca información que tengo, ya digo que el cambio puede pintar bien. A ver si con lo que nos cuenten esta tarde me terminan de convencer. Ya os contaré, yo de momento me dejo querer.
martes, 31 de enero de 2012
Érase un compañero menos
Hoy me toca hablar de nuevo de mi situación laboral y es que mi equipo de trabajo hoy pierde a otro miembro. Cuando yo entré, éramos 5 personas y a los 15 días de llegar yo, se incorporó la única chica que hemos tenido y así las 6 personas nos mantuvimos estables durante 3 años.
Aquí en la oficina éramos el único equipo que no había tenido rotación. Eran buenos años de trabajo para los informáticos y cambiaban con facilidad de empresa, pero nosotros no lo hicimos. Nos mantuvimos en nuestros puestos en parte por el buen ambiente que se creó entre nosotros y en otra buena parte por la intervención de nuestro anterior jefe, que cuando tenía oportunidad, nos mejoraba el sueldo y las responsabilidades dentro del proyecto.
Hace ya casi 3 años, cuando empezó la puñetera crisis, mi jefe se vió obligado a prescindir del primero de nosotros. La verdad es que entre el compañero afectado y mi jefe, no había buena sintonía desde hacía tiempo. Llevaba 12 años aquí y estaba bastante quemado. La verdad es que se veía venir. El principal problema de aquel "despido" fue el momento, aunque la verdad es que vino impuesto desde muy arriba. El chico estaba de vacaciones y el mismo día en que volvió le comunicaron que ése era su último día aquí. No hubo tiempo ni de organizar despedidas, ni regalos, ni nada. Llegó, le contaron la situación, recogió 12 años de recuerdos y bártulos y se marchó.
Posteriormente, hace año y medio ya, aunque me parece que fue ayer, perdimos a otro miembro del equipo. Esta segunda vez fue un pérdida progresiva, ya que empezó a trabajar con otro equipo a medida que iba quedando más libre del nuestro, hasta que se desvinculó del todo de nosotros y a los pocos meses, cuando su otro equipo se vió afectado también por los recortes, como había sido el último en llegar, fue el primero en salir.
La chica que había llegado 15 días después de mí, acabó entrando en la gran empresa para la que trabajamos, a la vez que a mí me hacían encargado del equipo, así que ambos tuvimos similares funciones hasta que en esta gran empresa ella pudo desarrollar una buena carrera profesional, cambiando de aires. Y así el equipo se quedó reducido a la mitad.
Este verano, como creo que ya conté en su momento, hubo muchos cambios por aquí. Nuestro jefe de siempre, también cambió de aires y aprovecharon para reorganizar el departamento de arriba a abajo, dándole más forma de pirámide. Por la parte de arriba de la pirámide está la gente que trabaja en la gran empresa, el personal interno. En el medio estamos el personal subcontratado a múltiples empresas, el personal externo. En la base apareció una nueva empresa que se iba a encargar de todo el trabajo sucio, el servicio de desarrollo.
Con estos cambios, el personal externo que hasta entonces éramos gente para todo, íbamos a tener menos trabajo, así que sobraba gente. Y eso ha propiciado que hoy sea el último día aquí de mi compañero y que posiblemente en unos meses tenga que escribir sobre lo sólo que me quedo o sobre mi propia marcha.
He hablado de "despidos" entre comillas, porque al ser personal subcontratado, lo que hace la gran empresa es devolvernos a cada uno a nuestra propia empresa y son nuestras empresas las que se encargan de recolocarnos en otros proyectos o mandarnos a la cola del paro si no consiguen ningún puesto para seguir exprimiéndonos.
En el departamento somos 6 equipos y de cada uno de ellos van a salir una o dos personas. Todos ellos saldrán a finales de marzo. El único al que han adelantado la salida es a mi compañero y, casualmente, es el único de ellos que se quería quedar aquí, ya que el resto llevan mucho menos tiempo y no han creado tan buenos lazos, lo que unido a que estamos en las afueras de un pueblo de la sierra, vamos en el quinto pino, hace que a la gente no le dé pena marcharse.
A este compañero en cambio sí que le da pena no volver por aquí y la verdad es que nosotros también vamos a notar su ausencia. Es una persona que se hace querer, muy extrovertido y bromista y muy ligón con todas las escasas chicas del edificio. También muy trabajador, todo hay que decirlo.
Aquí hemos vivido con él su boda y el nacimiento de su hijo. Su mujer fue mi abogada en el accidente que sufrí con la moto y han formado un grupillo para jugar al pàdel. Supongo que nos seguiremos viendo, pero no creo que se pueda llenar el hueco que va a dejar.
lunes, 30 de enero de 2012
Érase el primer aniversario
Hoy se cumple un añito desde que publiqué mis primeras palabras por aquí y la verdad es que me pilla en horas bastante bajas de productividad bloggeril.
No es una cita que tenga marcada en el calendario, más bien estaba buscando temas sobre los que escribir y haciendo un repaso por el historial del blog, me he dado cuenta de la fecha.
Tampoco tengo nada preparado para conmemorarla, así que simplemente me limitaré a tirar de las estadísticas que blogger ofrece y haré un balance personal.
En cuanto a las estadísticas, dentro de las más de 20.000 visitas que ha tenido el blog en este año de actividad, me llama la atención que el post más leído es aquel en el que detallo mis borracheras. Esto me hace plantearme que tengo que escribir más sobre mis aventurillas nocturnas, en vez de centrarme en mi aburrida y rutinaria vida diurna. El problema es que ya casi no salgo por la noche, y cuando lo hago es de forma muy light, así que tendré que visitar más a mis locas del norte, para tener anécdotas que contar.
Volviendo a las estadísticas, las palabras que buscaba la gente por el internet alante hasta que llegaron a caer aquí, fueron "borracho", "cuarto oscuro" y "ruptura sentimental". Son 3 términos que pueden estar muy unidos entre sí, además en ese mismo orden. Pero no cabe duda del tipo de fauna que pulula por mi blog, ¿eh?
La verdad es que no me extraña que llegue hasta aquí gente que ande buscando sobre esos temas, lo que sí me llama la atención son algunas otras búsquedas que han hecho que la gente llegase hasta mi blog y supongo que después saldrían corriendo. Hay 4, ¡¡CUATRO!! búsquedas sobre "arreglos florales para mesa de primera comunión" que por más que lo pienso, no alcanzo a entender cómo han acabado aquí buscando eso y además 4 personas diferentes. Y también hay otro pobre incauto que llegó hasta aquí pensando encontrar las "razones para la canonización de San Antonio de Padua" que es un tema sobre el que, como ya sabéis, me gusta escribir de cuando en cuando.
Sobre países de procedencia, la verdad es que no hay muchas sorpresas. Mayoría aplastante de España, en la que incluyo todas las autonomías, países, fueros, regiones históricas, naciones soberanistas y demás rollos políticos. Después de España aparece EEUU y espero que no sea porque la CIA me ande investigando y finalmente están los países de Iberoamérica. Como digo no tengo ningún visitante de ningún lugar exótico del globo.
Y dejándome ya de estadísticas, paso a comentar lo que ha supuesto para mí el tener un rinconcito en la blogosfera. Para empezar, me ha servido muchas veces de válvula de escape para contar mis problemas, en un año en el que he pasado por una separación y posterior reencuentro. También me ha permitidio conocer a mucha buena gente, tanto en la distancia como, especialmente, en persona: Kotei, Pimpf, Adrianos y Ut (Si me he dejado a alguien, no me lo tengáis en cuenta que estoy de lunes...)
Me ha sorprendido lo constante que he sido en los comienzos del blog, durante más o menos medio año, escribiendo historias a diario. Luego llegaron los problemas para acceder desde el trabajo, la falta de tiempo y de ganas de hacerlo en mi tiempo libre y ahora que vuelvo a poder escribir desde el curro (a ver cuánto dura) no tengo tiempo para hacerlo, porque siguen reduciendo el personal para hacer el mismo o más trabajo.
En fin, que me voy por las ramas, que ha sido un placer compartir con vosotros este año de mi vida y que espero que sigan llegando muchos más.
martes, 24 de enero de 2012
Érase el relanzamiento de la reforma
El pasado finde, aprovechando el cierre de Megaupload, donde me quedaban 4 meses de cuenta premium, como no teníamos otra cosa mejor que hacer, decidimos retomar las obras de reforma de nuestro futuro nidito de amor.
Bueno, lo de megaupload es que me ha jodido y por eso quería ponerlo por aquí. Realmente lo que nos ha hecho retomar las obras, ha sido un aumento en su sueldo y que nuestra relación siga viento en popa.
Ya hemos pedido y confirmado presupuesto para cambiar todas las ventanas y cerrar el balcón y nos lo terminarán en unas 3 semanas. Mientras tanto, vamos a ir también pidiendo presupuestos para quitar el gotelé y ponerlo de nuevo, pero esta vez uno que se llama gotelé planchado, que sigue siendo hortera, pero un poco menos.
Y ya después será cosa nuestra el poner el suelo y amueblar. Como no hay mucha prisa por terminar, queremos ir aprovechándonos de todas las ofertas que Ikea y similares van poniendo periódicamente. En concreto hasta finales de febrero, en Ikea están los muebles de salón al 20%, así que igual que hicimos en su día con la cocina, nos pusimos manos a la obra con el programa de su web para diseñarnos un mueble chulo.
Al final, entre los dos conseguimos uno que nos gustaba bastante, en color wengé y que hemos pensado en decorar en parte con papel pintado. Siempre nos gusta personalizarlos un poco, para que no sea 100% Ikea.
Para lo del papel pintado fuimos a ver modelos al Leroy Merlin y ambos tuvimos un flechazo a primera vista con el mismo papel, parece que cada vez vamos teniendo el mismo gusto. Nos gustó tanto, que nos decidimos a comprarlo en aquel momento, incluso antes que el mueble, por si se agotaba. También aprovechamos y compramos unos cojines a juego con el papel.
Entre nuestros planes futuros para el salón, teníamos previsto poner una chimenea, pero lo íbamos a dejar para más adelante. Lo que pasó es que en el Leroy Merlin tenían de saldo los paneles de piedra de pizarra que necesitamos para hacerla y el precio era una auténtica ganga, así que nos los llevamos puestos. Faltaba un complemento para los paneles, que no les quedaba y me miraron por ordenador en qué centro lo tenían y allá que nos fuimos.
La sorpresa al llegar al otro centro comercial es que tenían la chimenea que queríamos poner con un 30% de rebaja, así que también nos la llevamos puesta. La queríamos en color negro, pero la oferta sólo valía para la blanca, así que al final será blanca. Creo que tenemos un problema con el consumismo.
Luego fuimos al Ikea, para hacernos una idea en persona del mueble que habíamos diseñado y nos terminó de gustar, pero antes de comprarlo, esta vez decidimos pedir consejo a su familia. Mala idea, porque no le gustó a nadie. Aún así, tenemos previsto seguir con nuestra idea y es que a cabezones no nos ganan, así que antes de que acabe febrero, tendremos que pasarnos a comprarlo.
En el Ikea también nos compramos un pack de 3 cuadros, cuya temática y color combina con el estilo que le queremos dar al salón. Está claro que nuestros genes mariconiles están a flor de piel, porque antes de tener si quiera una triste silla en la que sentarnos, ya hemos comprado varios objetos de decoración.
El problema de todas estas compras es que no queremos llevar nada al piso, hasta que no esté pintado, por evitar riesgos innecesarios y eso está haciendo que mi piso actual se esté convirtiendo por momentos en el escaparate final del precio justo.
Y en el apartado reformas propiamente dicho, ahora le estoy metiendo mano a unas puertas que hay en cada habitación, que dan acceso a un altillo-maletero y que las debió instalar Matusalén en su juventud. La cosa fue bastante bien hasta que por un mal cálculo y otro peor corte, me quedé sin material con el que seguir avanzando en ellas, pero yo creo que, modestia a parte, me quedarán geniales. Pondría fotos del antes y el después, pero con el ansia por comenzar una faena nueva, siempre me olvido de sacar la foto del antes.
Y de momento, en esas estamos. Con lo que me gusta a mí el bricolaje, encantado de la vida. Y entre nosotros, mejor aún.
miércoles, 11 de enero de 2012
Érase unos pronósticos para el 2012
Hoy voy a sacar del armario la túnica de Rappel y me voy a lanzar a hacer pronósticos para este 2012. La idea es recuperar el post al final del año y ver si tengo futuro con esto de ser vidente o echarme unas risas por no haber dado ni una.
Como este blog, al igual que su dueño, es muy egocéntrico, me voy a dedicar a lanzar previsiones sobre mi vida, porque para el resto de la humanidad, así a grandes rasgos, lo único que me atrevo a decir es que va a ser un año igual de negro que el anterior. Es que parece que esta crisis, su prima de riesgo y demás parentela, han venido para acompañarnos durante un largo trecho.
Preveo que para mí, este 2012 puede ser un año de mucho cambio. Para empezar, dudo que me llegue a comer las próximas uvas sentado en el mismo sitio en el que estoy ahora, que como no me véis, tengo que aclarar que estoy en mi puesto de trabajo. No sé si seguiré trabajando para la misma gran empresa, ni si lo haré en las mismas condiciones, pero creo que al menos cambiaré de ubicación y/o compañeros y/o jefes.
Después de lo movidito que ha sido el año 2011 en cuestiones de pareja, creo que este año va a ser de estabilidad con pequeña mejoría. Me aventuro a pronosticar que retomaremos las obras de nuestro futuro nidito de amor e incluso que podemos terminar la dichosa reforma y empezar a vivir allí.
También pronostico que puede ampliarse la familia, pero este punto lo dejó así un poco en suspense, para no dar más pistas.
Como no todo van a ser buenas noticias, también me atrevo a decir que por edad y/o enfermedad, podría haber bajas tanto en mi familia paterna como en la materna, pero ojalá que esto no sea así y que todos los que hemos empezado este año, lo terminemos con buen pie.
En cuanto a la familia política, lo que voy a decir es más un deseo que un pronóstico, pero me gustaría que mi suegro aceptase mi relación con su hijo. Creo que si ve que nos vamos a vivir juntos a ese nuevo piso, podría dar las primeras muestras de acercamiento.
Lo que no veo en mis bolas de cristal es que vaya a haber ningún papel oficial en el que se refleje que a ÉL y a mí nos una ningún tipo de lazo.
En el apartado de viajes, veo que realizaremos nuestra primera salida al extranjero con la casa con ruedas y hasta ahí puedo leer. Además de eso, creo que visitaré más a mi madre (hay mucho margen para mejorarlo).
En el ocio, si tal y como vaticino nos vamos a vivir al nuevo piso, habrá que ajustarse un poco el cinturón, pero aún así supongo que alguna visita al teatro y algún musical caerán y por mi parte, creo que haré más deporte, aunque también me atrevería a decir que pisando todavía menos el gimnasio que este año.
Mi vida social seguirá estando limitada a los amigos de mi ÉL, pero convirtiéndonos en los perfectos anfitriones. ¡Que tiemble la Preysler que le vamos a quitar todos los bombones!
Y voy a parar ya, que seguro que no doy ni una. En diciembre lo veremos.
martes, 10 de enero de 2012
Érase un día de Reyes
Para terminar con el repaso a mis fiestas navideñas, hoy le toca el turno al día de Reyes. Tengo que decir que en mi casa siempre hemos sido mucho más fans de los magos de oriente que del gordinflón de la CocaCola. No cabe duda de que es una tradición mucho más de aquí, pero para compensar también tenemos la costumbre de ir poniendo los regalos debajo del árbol, a medida que se van materializando, para abrirlos en la mañana del 6 de enero.
Desde que paso esta noche mágica en Madrid, es la primera vez que no voy a ver la gran cabalgata del centro, pero es que estoy sin moto por culpa de una avería y eso de tener que andar utilizando el transporte público me da mucha pereza. Así que la solución ha sido verla por la tele, que Telemadrid para esto hace un gran despliegue de medios.
Mientras estaba viendo la cabalgata por la tele, llegó ÉL cargado con su regalo y con un gran rosco relleno de nata. Mi idea era la de esperarlo para ir a comprar el rosco juntos, pero me dijo que en un centro comercial al que había ido con sus padres estaban a 2x1, así que compraron dos, uno para sus padres y otro para nosotros.
El regalo lo colocó junto a los míos y el rosco en la nevera. Ambas cosas tendrían que esperar hasta la mañana siguiente.
Para algunas cosas somos como niños pequeños y el día de reyes es una de ellas. Nos levantamos pronto (bueno, pronto para lo que suele ser la hora a la que se levanta ÉL en fin de semana) y fuimos derechitos a por los regalos de debajo del árbol.
Esa también es una novedad de este año, ya que por primera vez he puesto un árbol y un belén decentes y debajo de los cuales cabían los regalos. Otros años también teníamos "arbolito" pero vamos, no podía albergar bajo sus ramas ni la caja de un anillo.
Bueno y vamos ya al grano, a los regalos. Mi economía no anda muy saneada, porque entre el regalo del loro a mi madre y la avería de la moto, que va a ser otro tanto... me van a hacer escalar la cuesta de enero. Aún así a ÉL le han caído las 2 últimas pelis de Harry Potter en DVD, el peluche "Nachete" de Pasapalabra y unas entradas para el musical de Shrek que a pesar de las críticas que había leído por ahí, nos ha gustado bastante. Y ÉL a mí me ha regalado una fuente de agua para el salón de casa, que parecerá una chorrada pero es algo que me hacía ilusión tener. Y como autoregalo, me he comprado unos patines nuevos bastante profesionales, porque los que tenía hasta ahora eran los más baratos del Decathlon y el cambio se nota.
Y nada más, así han sido mis navidades y así os las he contado. Ahora todavía nos queda lo peor, que es recoger toda la parafernalia navideña, que este año es mucha porque teníamos el piso hecho una horterada. Y hasta el año que viene.
Desde que paso esta noche mágica en Madrid, es la primera vez que no voy a ver la gran cabalgata del centro, pero es que estoy sin moto por culpa de una avería y eso de tener que andar utilizando el transporte público me da mucha pereza. Así que la solución ha sido verla por la tele, que Telemadrid para esto hace un gran despliegue de medios.
Mientras estaba viendo la cabalgata por la tele, llegó ÉL cargado con su regalo y con un gran rosco relleno de nata. Mi idea era la de esperarlo para ir a comprar el rosco juntos, pero me dijo que en un centro comercial al que había ido con sus padres estaban a 2x1, así que compraron dos, uno para sus padres y otro para nosotros.
El regalo lo colocó junto a los míos y el rosco en la nevera. Ambas cosas tendrían que esperar hasta la mañana siguiente.
Para algunas cosas somos como niños pequeños y el día de reyes es una de ellas. Nos levantamos pronto (bueno, pronto para lo que suele ser la hora a la que se levanta ÉL en fin de semana) y fuimos derechitos a por los regalos de debajo del árbol.
Esa también es una novedad de este año, ya que por primera vez he puesto un árbol y un belén decentes y debajo de los cuales cabían los regalos. Otros años también teníamos "arbolito" pero vamos, no podía albergar bajo sus ramas ni la caja de un anillo.
Bueno y vamos ya al grano, a los regalos. Mi economía no anda muy saneada, porque entre el regalo del loro a mi madre y la avería de la moto, que va a ser otro tanto... me van a hacer escalar la cuesta de enero. Aún así a ÉL le han caído las 2 últimas pelis de Harry Potter en DVD, el peluche "Nachete" de Pasapalabra y unas entradas para el musical de Shrek que a pesar de las críticas que había leído por ahí, nos ha gustado bastante. Y ÉL a mí me ha regalado una fuente de agua para el salón de casa, que parecerá una chorrada pero es algo que me hacía ilusión tener. Y como autoregalo, me he comprado unos patines nuevos bastante profesionales, porque los que tenía hasta ahora eran los más baratos del Decathlon y el cambio se nota.
Y nada más, así han sido mis navidades y así os las he contado. Ahora todavía nos queda lo peor, que es recoger toda la parafernalia navideña, que este año es mucha porque teníamos el piso hecho una horterada. Y hasta el año que viene.
lunes, 9 de enero de 2012
Érase un fin de año
Después de comentar la Navidad, toca dar un repaso a cómo ha sido el fin de año.
La idea original era que ÉL y yo pasásemos tanto la cena de Nochevieja, como la comida de Año Nuevo juntos y sólo para nosotros, pero al final y como ocurre casi siempre, hubo varios cambios de planes.
El primer cambio es que a ÉL le propusieron sus amigos juntarse después de las campanadas en casa de uno de ellos, para pasar una tranquila velada jugando a juegos de mesa. El problema es que en los planes de sus amigos, le dijeron claramente que no había lugar para las novias, así que yo me quedaba fuera, al igual que el resto de féminas del grupo (el resto de amigos son heterosexuales, por lo menos mientras no demuestren lo contrario).
A esto yo le puse mala cara, ya que como había hecho el sacrificio de quedarme sin ir a pasarla con mi familia y amigos para pasarla a solas con ÉL, no era plan de que me dejase tirado a la primera de cambio y me lo aceptó, pero a cambio me pidió irse a comer al día siguiente con su familia. Con esto yo también me quedaría tirado el día de Año Nuevo, pero eso ya me importaba menos. La verdad es que es una lata eso de que su padre no acepte la orientación de su hijo, pero contra eso no se puede luchar, así que de momento, en esa mesa no hay ningún plato para mí.
Luego llegó otro cambio de planes, ya que sus amigos finalmente aceptaron la presencia de las novias en la velada post-uvas, así que al final cedí y le dije que si íbamos los dos, que no había problema. Era la primera vez que los iba a ver desde nuestra reconciliación y no sabía cómo me iban a recibir, pero lo hacía por ÉL.
El último cambio de planes fue la última tarde del año, justo cuando estábamos con la compra de los productos para la cena (sí, lo dejamos todo para el último momento). Me dijo que su mejor amigo, que está soltero y sin compromiso y que tiene una familia bastante desestructurada, le había comentado que iba a estar sólo en casa y le había preguntado que si se podía venir a tomar las uvas con nosotros.
Esta vez era ÉL el que no estaba muy por la labor, en parte porque quería que empezásemos el año juntos y solos y supongo que en parte porque pensaba que yo iba a negarme a que viniese, pero se equivocaba. Yo me he sentido solo en muchas Nocheviejas y sé que se pasa mal, así que por mí no había ningún problema. Es más, le invité a que se viniese también a cenar con nosotros en lugar de venirse sólo a tomar las uvas pero su amigo no quiso. No sé si por no molestar o por qué, pero la excusa que nos dió es que su madre le había dejado mucha cena preparada.
A cambio, le dije a ÉL que ya que venía su amigo, que se quedase conmigo a comer al día siguiente y así quedaron los planes finalmente: Cenábamos los dos sólos, poco antes de las campanadas vendría su amigo. Una hora más tarde nos íriamos los 3 a la fiesta con el resto de sus amigos y, por si la cosa se animaba, nos llevaríamos la casa con ruedas para poder dormirla tranquilamente, en vez de conducir. Y al día siguiente vuelta a casa y a comer juntos.
Y todo iba más o menos según lo planeado: habíamos cenado, había venido su amigo, habíamos tomado las uvas (con la Pantoja, por supuesto) y la cosa se torció en la velada con sus amigos. La verdad es que fue un poco despropósito la cosa. Primero por el ir y venir de la gente, porque había una pareja que se tenía que ir muy pronto y otra que tardaba tanto en venir que ya empezábamos a dudar que apareciesen. Así que no pudimos empezar a jugar, porque los juegos que estaban previstos son de los que duran bastante y es necesario que esté todo el mundo de principio a fin.
Para colmo, la pareja que faltaba por venir era la que tenía que traer el alcohol para casi todos, así que los amigos de ÉL empezaron a tomarse todo lo que encontraron por el mueble bar de la casa en la que estábamos, mezclando sin control.
La situación era que las chicas y yo (vamos, las chicas, jejeje) tomábamos cubatas de Ron tranquilamente que eso sí que lo teníamos, porque lo habíamos llevado nosotros, mientras charlábamos de nuestras cosas, básicamente criticar a una pájara de la que hablaré más adelante. ÉL había tomado la sabia decisión de no beber, pero se había quedado dormido en la habitación del "propietario" del piso. En cambio los que esperaban al whisky, que se habían ventilado el mueble bar, estaban en un estado bastante lamentable. El "propietario" del piso estaba comatoso en la cama de sus padres, y el mejor amigo de ÉL estaba dando tumbos sin control por el lugar, vomitando donde podía.
Otro de los amigos, que aún es virgen y no liga ni aunque la chica le indique su disponibilidad con un cartel luminoso, se había llevado a la fiesta a una compañera de la academia de inglés, conocida desde que entró por la puerta como "la pájara". La verdad es que a la chica se la veía bastante peculiar. Una mezcla rara de perroflauta con toques de pija y bastante politoxicómana y como consecuencia, con las facultades mentales bastante mermadas. La chica además se mostraba bastante receptiva al enamoramiento de una noche, pero ni por esas el virgen consiguió perder su estatus.
Supongo que harta de que el virgen no diera el paso, la chica se tiró al cuello (o a donde pudo) del que andaba como una cuba dando tumbos por el piso, que en ese momento estaba durmiéndola en la misma cama que ÉL. Según confesó después, recuperó la consciencia ya en pleno morreo y al principio no sabía ni con quien se estaba besando.
Esto provocó un cisma entre el virgen y el que estaba como una cuba, aunque la culpable realmente era la pájara y antes de que llegasen a las manos, los que casi no habíamos bebido decidimos que la fiesta ya había terminado para nosotros, así que desperte a ÉL y nos volvimos para casa a dormir.
Al día siguiente comida tranquila con las sobras de la cena anterior y a perrear todo el día en el sofá, recuperando fuerzas para trabajar el día 2.
La verdad es que haciendo balance, ha sido un buen comienzo de año ya que creo que ÉL y yo, por los esfuerzos que uno y otro hemos hecho, estamos mejor que nunca y por otro lado, sus amigos me han aceptado en su grupo igual que siempre, que era algo que me tenía un poco preocupado, así que ojalá que por lo menos todo se quede como está.
La idea original era que ÉL y yo pasásemos tanto la cena de Nochevieja, como la comida de Año Nuevo juntos y sólo para nosotros, pero al final y como ocurre casi siempre, hubo varios cambios de planes.
El primer cambio es que a ÉL le propusieron sus amigos juntarse después de las campanadas en casa de uno de ellos, para pasar una tranquila velada jugando a juegos de mesa. El problema es que en los planes de sus amigos, le dijeron claramente que no había lugar para las novias, así que yo me quedaba fuera, al igual que el resto de féminas del grupo (el resto de amigos son heterosexuales, por lo menos mientras no demuestren lo contrario).
A esto yo le puse mala cara, ya que como había hecho el sacrificio de quedarme sin ir a pasarla con mi familia y amigos para pasarla a solas con ÉL, no era plan de que me dejase tirado a la primera de cambio y me lo aceptó, pero a cambio me pidió irse a comer al día siguiente con su familia. Con esto yo también me quedaría tirado el día de Año Nuevo, pero eso ya me importaba menos. La verdad es que es una lata eso de que su padre no acepte la orientación de su hijo, pero contra eso no se puede luchar, así que de momento, en esa mesa no hay ningún plato para mí.
Luego llegó otro cambio de planes, ya que sus amigos finalmente aceptaron la presencia de las novias en la velada post-uvas, así que al final cedí y le dije que si íbamos los dos, que no había problema. Era la primera vez que los iba a ver desde nuestra reconciliación y no sabía cómo me iban a recibir, pero lo hacía por ÉL.
El último cambio de planes fue la última tarde del año, justo cuando estábamos con la compra de los productos para la cena (sí, lo dejamos todo para el último momento). Me dijo que su mejor amigo, que está soltero y sin compromiso y que tiene una familia bastante desestructurada, le había comentado que iba a estar sólo en casa y le había preguntado que si se podía venir a tomar las uvas con nosotros.
Esta vez era ÉL el que no estaba muy por la labor, en parte porque quería que empezásemos el año juntos y solos y supongo que en parte porque pensaba que yo iba a negarme a que viniese, pero se equivocaba. Yo me he sentido solo en muchas Nocheviejas y sé que se pasa mal, así que por mí no había ningún problema. Es más, le invité a que se viniese también a cenar con nosotros en lugar de venirse sólo a tomar las uvas pero su amigo no quiso. No sé si por no molestar o por qué, pero la excusa que nos dió es que su madre le había dejado mucha cena preparada.
A cambio, le dije a ÉL que ya que venía su amigo, que se quedase conmigo a comer al día siguiente y así quedaron los planes finalmente: Cenábamos los dos sólos, poco antes de las campanadas vendría su amigo. Una hora más tarde nos íriamos los 3 a la fiesta con el resto de sus amigos y, por si la cosa se animaba, nos llevaríamos la casa con ruedas para poder dormirla tranquilamente, en vez de conducir. Y al día siguiente vuelta a casa y a comer juntos.
Y todo iba más o menos según lo planeado: habíamos cenado, había venido su amigo, habíamos tomado las uvas (con la Pantoja, por supuesto) y la cosa se torció en la velada con sus amigos. La verdad es que fue un poco despropósito la cosa. Primero por el ir y venir de la gente, porque había una pareja que se tenía que ir muy pronto y otra que tardaba tanto en venir que ya empezábamos a dudar que apareciesen. Así que no pudimos empezar a jugar, porque los juegos que estaban previstos son de los que duran bastante y es necesario que esté todo el mundo de principio a fin.
Para colmo, la pareja que faltaba por venir era la que tenía que traer el alcohol para casi todos, así que los amigos de ÉL empezaron a tomarse todo lo que encontraron por el mueble bar de la casa en la que estábamos, mezclando sin control.
La situación era que las chicas y yo (vamos, las chicas, jejeje) tomábamos cubatas de Ron tranquilamente que eso sí que lo teníamos, porque lo habíamos llevado nosotros, mientras charlábamos de nuestras cosas, básicamente criticar a una pájara de la que hablaré más adelante. ÉL había tomado la sabia decisión de no beber, pero se había quedado dormido en la habitación del "propietario" del piso. En cambio los que esperaban al whisky, que se habían ventilado el mueble bar, estaban en un estado bastante lamentable. El "propietario" del piso estaba comatoso en la cama de sus padres, y el mejor amigo de ÉL estaba dando tumbos sin control por el lugar, vomitando donde podía.
Otro de los amigos, que aún es virgen y no liga ni aunque la chica le indique su disponibilidad con un cartel luminoso, se había llevado a la fiesta a una compañera de la academia de inglés, conocida desde que entró por la puerta como "la pájara". La verdad es que a la chica se la veía bastante peculiar. Una mezcla rara de perroflauta con toques de pija y bastante politoxicómana y como consecuencia, con las facultades mentales bastante mermadas. La chica además se mostraba bastante receptiva al enamoramiento de una noche, pero ni por esas el virgen consiguió perder su estatus.
Supongo que harta de que el virgen no diera el paso, la chica se tiró al cuello (o a donde pudo) del que andaba como una cuba dando tumbos por el piso, que en ese momento estaba durmiéndola en la misma cama que ÉL. Según confesó después, recuperó la consciencia ya en pleno morreo y al principio no sabía ni con quien se estaba besando.
Esto provocó un cisma entre el virgen y el que estaba como una cuba, aunque la culpable realmente era la pájara y antes de que llegasen a las manos, los que casi no habíamos bebido decidimos que la fiesta ya había terminado para nosotros, así que desperte a ÉL y nos volvimos para casa a dormir.
Al día siguiente comida tranquila con las sobras de la cena anterior y a perrear todo el día en el sofá, recuperando fuerzas para trabajar el día 2.
La verdad es que haciendo balance, ha sido un buen comienzo de año ya que creo que ÉL y yo, por los esfuerzos que uno y otro hemos hecho, estamos mejor que nunca y por otro lado, sus amigos me han aceptado en su grupo igual que siempre, que era algo que me tenía un poco preocupado, así que ojalá que por lo menos todo se quede como está.
jueves, 5 de enero de 2012
Érase el instinto paternal
Últimamente a raíz de la nueva oportunidad que ÉL y yo nos estamos dando, de vez en cuando tengo pensamientos recurrentes sobre la idea de la paternidad. ¿Será que ya ha saltado la alarma de mi reloj biológico?
Hace poco, mi madre le dijo a su hermana que había soñado con que nos dejaron a un niño (negro para más señas) abandonado en la puerta de casa y que ÉL y yo lo habíamos adoptado. Mi madre, a pesar de haberme tenido solo a mí, es muy niñera y creo que lo que más la desilusionó cuando le comenté mi orientación sexual fue que con ello se desvanecía (al menos a priori) la posibilidad de ser abuela.
Entre nosotros hemos comentado alguna vez la posibilidad de ser padres, gracias a un vientre de alquiler en algún país en el que esto sea legal. Hasta ÉL, que suele ser más reacio a estas cosas (está en contra hasta del matrimonio homosexual ¿¿¿???) se estuvo informando en páginas web de agencias para la subrogación del embarazo de California.
Todo esto viene a que ayer tuve muy presente a Herodes y se me quitaron de golpe todas las ganas de ser padre. Me explico: a alguien se le ha ocurrido la genial idea de que los empleados de esta compañía para la que trabajo se puedan traer un día al año a los niños al trabajo y ese día fue ayer.
Recalco el hecho de que sólo se los pueden traer los empleados de la compañía (jefes, casi todos ellos) y el personal externo (los que realmente hacemos el trabajo) somos los que los tenemos que aguantar correteando y chillando entre nuestros puestos de trabajo.
Supongo que la típica excursión a una central eléctrica, a una fábrica de algo o a algún sitio en el que haya cosas extrañas para ellos, será la mar de entretenido para los retoños, pero os aseguro que la visita a un edificio de oficinas en las que lo único que hay son mesas con ordenadores y gente trabajando en silencio con ellos les aburre soberanamente, así que optan por ponerse a correr sin control de un lado para otro, montando todo el jaleo posible.
Son niños y por supuesto que es esto lo que se espera de ellos, pero en el lugar indicado, como por ejemplo en un parque. ¿Es que sus padres no se dan cuenta de que el resto de mortales estamos trabajando?
El organizador de toda esta desorganización, había previsto actividades varias desde las 10 hasta las 14 y hay algunos niños a los que los trajo algún familiar a esa hora y con la misma se los volvió a llevar. El problema es que a la gran mayoría los trajeron sus padres/madres que trabajan aquí y se tuvieron que tirar aquí encerrados toda la jornada laboral, esto es de 8 a 17, lo que para ellos fue una barbaridad.
Lo dicho, ni con la amenaza de que los Reyes Magos les van a traer carbón se portaban bien. Eso sí, ya por la mañana comprobé que no tengo don para tratar con niños, porque en cuanto vino mi jefa a presentarme a sus hijos, casi hago llorar a la niña nada más saludarla y eso sólo fue el principio del día.
Hace poco, mi madre le dijo a su hermana que había soñado con que nos dejaron a un niño (negro para más señas) abandonado en la puerta de casa y que ÉL y yo lo habíamos adoptado. Mi madre, a pesar de haberme tenido solo a mí, es muy niñera y creo que lo que más la desilusionó cuando le comenté mi orientación sexual fue que con ello se desvanecía (al menos a priori) la posibilidad de ser abuela.
Entre nosotros hemos comentado alguna vez la posibilidad de ser padres, gracias a un vientre de alquiler en algún país en el que esto sea legal. Hasta ÉL, que suele ser más reacio a estas cosas (está en contra hasta del matrimonio homosexual ¿¿¿???) se estuvo informando en páginas web de agencias para la subrogación del embarazo de California.
Todo esto viene a que ayer tuve muy presente a Herodes y se me quitaron de golpe todas las ganas de ser padre. Me explico: a alguien se le ha ocurrido la genial idea de que los empleados de esta compañía para la que trabajo se puedan traer un día al año a los niños al trabajo y ese día fue ayer.
Recalco el hecho de que sólo se los pueden traer los empleados de la compañía (jefes, casi todos ellos) y el personal externo (los que realmente hacemos el trabajo) somos los que los tenemos que aguantar correteando y chillando entre nuestros puestos de trabajo.
Supongo que la típica excursión a una central eléctrica, a una fábrica de algo o a algún sitio en el que haya cosas extrañas para ellos, será la mar de entretenido para los retoños, pero os aseguro que la visita a un edificio de oficinas en las que lo único que hay son mesas con ordenadores y gente trabajando en silencio con ellos les aburre soberanamente, así que optan por ponerse a correr sin control de un lado para otro, montando todo el jaleo posible.
Son niños y por supuesto que es esto lo que se espera de ellos, pero en el lugar indicado, como por ejemplo en un parque. ¿Es que sus padres no se dan cuenta de que el resto de mortales estamos trabajando?
El organizador de toda esta desorganización, había previsto actividades varias desde las 10 hasta las 14 y hay algunos niños a los que los trajo algún familiar a esa hora y con la misma se los volvió a llevar. El problema es que a la gran mayoría los trajeron sus padres/madres que trabajan aquí y se tuvieron que tirar aquí encerrados toda la jornada laboral, esto es de 8 a 17, lo que para ellos fue una barbaridad.
Lo dicho, ni con la amenaza de que los Reyes Magos les van a traer carbón se portaban bien. Eso sí, ya por la mañana comprobé que no tengo don para tratar con niños, porque en cuanto vino mi jefa a presentarme a sus hijos, casi hago llorar a la niña nada más saludarla y eso sólo fue el principio del día.
miércoles, 4 de enero de 2012
Érase una Navidad en familia
A ver si a la tercera entrada va la vencida y puedo contar sin irme por las ramas cómo han transcurrido los días de Nochebuena y Navidad con mi familia.
El viernes tenía previsto un brindis con mis amigos (vamos, que íbamos a quedar para tomar algo, pero dicho en plan fino) y menos mal que el evento al final no se produjo, porque como he contado en la entrada anterior, andaba yo en plan de niñera con Lola, la nueva loro de mi madre.
El sábado, día de Nochebuena, quedé con mi padre al medio día, para ir a hacer la visita de rigor a su familia. Este año la novedad es que le pedí que fuera al mediodía en lugar de por la tarde-noche, ya que siempre me daba la sensación de que molestaba a todo el mundo mientras estaban con las preparaciones de las cenas. Por su puesto, no le dije nada del regalo a mi madre, porque no quería que se pusiese celoso y es que él se quedaba por primera vez sin regalo por mi parte, igual que yo llevo años sin uno por la suya.
Ese mismo día por la tarde, quedé con mi amigo M y finalmente se nos unió por sorpresa JF. Son los únicos amigos a los que iba a ver en esos días. Estuvimos un rato tomando algo y poniéndonos al día de nuestras vidas y luego cada mochuelo a su olivo para la gran cena.
Cuando llegué a casa estaba mi madre terminando de preparar los tuppers con la cena para mi abuela y la acompañé a su casa con la idea de pasar un rato con ella mientras cenaba. Digo con la idea, porque cuando llegamos a su casa, resulta que ya había cenado su tazón de leche con trozos de pan, como todos los días del año. Se había olvidado de que era Nochebuena y eso que se lo recordé al mediodía, cuando la fui a llevar la comida. Este año he visto a mi abuela mucho más deteriorada que otros años, tanto física como psicológicamente. Encima mi madre no entiende que los años pasan para todos y la regaña mucho, hasta el punto de que mi abuela la tiene miedo.
Precisamente ese miedo, junto a la bronca de mi madre, fue lo que hizo que esa noche mi abuela cenase por segunda vez, en esta ocasión lo que mi madre había preparado para ella en los tuppers. En ese momento ya amenazó con que al día siguiente prefería no venir a comer con la familia por Navidad, diciendo que a ella el sacarla de casa era matarla en vida, pero mi madre cortó de raíz la conversación y no le dió más opción que elegir la hora a la que ir a buscarla.
Mi madre y yo nos volvimos a su casa y cenamos los dos solos y tranquilos. Bueno, solos no, ya que teníamos la compañía de Lola. Luego estuvimos un rato viendo alguna de las galas que daban por la tele y a eso de las 23:45, mi madre se fue a la misa del gallo y yo a la cama.
El día 25 era el epicentro de la celebración familiar, ya que como expliqué en su momento, en mi familia se celebran las comidas en vez de las cenas. A comer acudieron mi madre, la madre de mi madre (mi abuela), la hermana de mi madre (mi tía) y su marido (mi tío) e hija (mi prima) y el hijo de mi madre (yo). Total 6 comensales.
La comida discurrió por los cauces habituales, sin discusiones reseñables y sin malos rollos. La protagonista de la sobremesa fue el nuevo miembro de la familia, Lola, a la que todo el mundo quería coger, acariciar y sacerse fotos con ella y desde luego, aquello no fue una buena idea. Apunto estuvo de darle un infarto a ella y otro a mí, viendo como mi familia maltrataba lo que me había costado tanto dinero.
Al final, todo quedó en un par de coscorrones para la pobre Lola. El primero cuando mi tía, a la que el animal desde el primer momento le demostró que no le caía bien, trató de posarla en la mesa y mas que posarla, por miedo a llevarse otro picotazo, la dejó caer desde un palmo de altura. Y el segundo algo más serio, ya que se empeñaron en que mi prima cogiera al bicho y lo hizo con demasiado miedo, de forma que cuando me la fue a devolver, soltó demasiado rápido y esta vez se cayó hasta el suelo. Menos mal que aparentemente no se hizo nada.
Me da rabia el trato que le dieron, porque justo en cuanto se cayó al suelo, todo el mundo recogió y se largó, dejándome a mí, con el marrón de tratar con el animal todo asustado y posiblemente herido, aunque al final no fue así. Me gasté más dinero para que fuese un loro de los que llaman papilleros, esto es, criados a papilla por el hombre desde el huevo, de manera que fuera super dócil y se dejase coger y jugar con ella. Por este motivo me preocupaba que a la primera de cambio y por el capricho de mis tíos, nos cogiera miedo a todos.
Después de pasarme toda la tarde dándole premios en forma de comida y caricias, parece que el animal se recuperó del susto y de paso, yo también. Al día siguiente ya despertó como si nada y dejándome cogerla y manosearla como antes. Ese era el día de la despedida y me tocó enseñar a mi madre a manejar al bicho, ya que hasta entonces, con los líos de las celebraciones no le había hecho mucho caso.
Y nada más, con mucha pena me despedí de ambas y puse la casa con ruedas rumbo a Madrid, porque el día 27 ya tenía que trabajar.
martes, 3 de enero de 2012
Érase un regalo vivo
En la anteior entrada comenté cómo han sido las fiestas de Nochebuena y Navidad a lo largo de mi vida y hoy voy a hablar de cómo han sido este año y tengo que empezar diciendo que estos dos días han sido los únicos de todas las fiestas navideñas que tenía previstos pasar con mi familia y mis amigos, en mi tierra.
Este año, estos días con mi familia han estado marcados por el regalo que le he hecho a mi madre: un yaco, que es un tipo de loro de plumaje gris y cola roja, que según dicen, es el que más facilidad tiene para aprender a hablar.
El motivo de este regalo es que en mi casa, cuando yo era pequeño, habíamos tenido uno, que en un descuido de mi padre, acabo escapándose cuando ya había empezado a hablar. Desde entonces, mi madre cada vez que veía un bicho de estos en una tienda de animales, entraba a preguntar su precio, pero siempre decía que era muy caro y se echaba para atrás.
Unos días antes de navidad me habló de que había ido a comer con sus amigas a un restaurante en el que tenían un loro de estos y que estuvo hablando con su dueño del tema y la forma en la que me contaba todo esto por teléfono, me hizo decidirme por comprarle uno como regalo de navidad, aunque tenía que hacerlo en tiempo récord.
Primero me dediqué a mirar precios por internet para ver si estaban más baratos aquí o en Cantabria y comprobé que aquí eran algo más baratos, así que localicé una tienda en Madrid dedicada en exclusiva a la cría y venta de loros y allá que me fui el miércoles 21. Me confirmaron que tenían 7 disponibles y que podían hacerles las análiticas necesarias durante el jueves 22 y tenerlo disponible para llevármelo directo desde la tienda hasta la casa de mi madre, el viernes 23 a primera hora y eso fue lo que hice.
El momento cómico vino a la hora de elegir al animalico, ya que como digo tenían 7 disponibles y el dependiente nos puso a ÉL y a mi los 7 bichos a la vez en los brazos para que le dijésemos cuál nos gustaba más y a mí todos ellos/ellas me parecían iguales. Al final elegí al único que no me estaba picando y le pedí que me los quitase lo más rápido posible de encima, aclarándole que no es a mi a quien le gustan estos animales, sino que era para mi madre.
Pues nada, lo dejé reservado el miércoles y el viernes fui a por el bicho a las 10 de la mañana. Ya tenían el sexaje hecho mediante el ADN y resulta que había escogido una hembra. Como dije que me la iba a llevar a Santander, me la pusieron en un transportin como los de los perros, con un poco de comida y lista para llevar.
Puse el transportín en el asiento del copiloto de la casa con ruedas, atado con el cinturón de seguridad y con la puerta mirando hacia mi asiento, para poder controlarla de reojo mientras conducía y la verdad es que durante el viaje la bicheja se portó de maravilla. Se limitaba a verme conducir y a mirar para todas partes en busca de la mujer del GPS, cada vez que me daba alguna instrucción.
A la llegada a casa de mi madre, la cara de sorpresa que puso no tiene nombre, ya que no sabría decir si era señal de que le gustaba el regalo o de que lo aborrecía. Supongo que le gustó, porque no tardó ni medio minuto en bautizarla como Lola y en ponerse a hablarle.
Y aquí empezaron los problemas, porque yo recordaba que teníamos la jaula del loro anterior por casa, pero lo que no me imaginaba era que iba a estar roñosa entera. Así que mi madre, que estaba muy estresada con la preparación de la comida del día de navidad (sí, 48 horas antes mi madre ya se mete en la cocina a preparar las toneladas de alimentos que luego no hay quien se acabe). Pues tuvo que dejar todo eso y recorrerse las escasas tiendas de animales de Santander en busca de una jaula adecuada para Lola.
Mientras tanto yo me quedé con ella suelta ya por casa, porque después de 5 horas encerrada en el transportin, no podíamos dejarla más tiempo allí, así que la puse en un palo y me quede esperando a que volviera mi madre. Y volvió pero con una primera jaula que no tengo ni idea de quién le dijo que era para loros, porque tenía una puerta por la que no cabía ni un periquito, así que vuelta otra vez a cambiarla y eso con el día de perros que hacía por Santander. A la segunda fue la vencida y la bicha ya tenía casa, casi a la hora de cierre de las tiendas, pero ya se pasó el estrés inicial.
Y en este punto tengo que decir que hay que ver lo que me gusta una excursión y más si es por Úbeda y sus famosos cerros, porque venía yo con la idea de hablar sobre mi Navidad y he acabado hablando sobre una loro y sus peripecias, así que voy a cortar por lo sano y dejar para otro día el tema de mis navidades.
Este año, estos días con mi familia han estado marcados por el regalo que le he hecho a mi madre: un yaco, que es un tipo de loro de plumaje gris y cola roja, que según dicen, es el que más facilidad tiene para aprender a hablar.
El motivo de este regalo es que en mi casa, cuando yo era pequeño, habíamos tenido uno, que en un descuido de mi padre, acabo escapándose cuando ya había empezado a hablar. Desde entonces, mi madre cada vez que veía un bicho de estos en una tienda de animales, entraba a preguntar su precio, pero siempre decía que era muy caro y se echaba para atrás.
Unos días antes de navidad me habló de que había ido a comer con sus amigas a un restaurante en el que tenían un loro de estos y que estuvo hablando con su dueño del tema y la forma en la que me contaba todo esto por teléfono, me hizo decidirme por comprarle uno como regalo de navidad, aunque tenía que hacerlo en tiempo récord.
Primero me dediqué a mirar precios por internet para ver si estaban más baratos aquí o en Cantabria y comprobé que aquí eran algo más baratos, así que localicé una tienda en Madrid dedicada en exclusiva a la cría y venta de loros y allá que me fui el miércoles 21. Me confirmaron que tenían 7 disponibles y que podían hacerles las análiticas necesarias durante el jueves 22 y tenerlo disponible para llevármelo directo desde la tienda hasta la casa de mi madre, el viernes 23 a primera hora y eso fue lo que hice.
El momento cómico vino a la hora de elegir al animalico, ya que como digo tenían 7 disponibles y el dependiente nos puso a ÉL y a mi los 7 bichos a la vez en los brazos para que le dijésemos cuál nos gustaba más y a mí todos ellos/ellas me parecían iguales. Al final elegí al único que no me estaba picando y le pedí que me los quitase lo más rápido posible de encima, aclarándole que no es a mi a quien le gustan estos animales, sino que era para mi madre.
Pues nada, lo dejé reservado el miércoles y el viernes fui a por el bicho a las 10 de la mañana. Ya tenían el sexaje hecho mediante el ADN y resulta que había escogido una hembra. Como dije que me la iba a llevar a Santander, me la pusieron en un transportin como los de los perros, con un poco de comida y lista para llevar.
Puse el transportín en el asiento del copiloto de la casa con ruedas, atado con el cinturón de seguridad y con la puerta mirando hacia mi asiento, para poder controlarla de reojo mientras conducía y la verdad es que durante el viaje la bicheja se portó de maravilla. Se limitaba a verme conducir y a mirar para todas partes en busca de la mujer del GPS, cada vez que me daba alguna instrucción.
A la llegada a casa de mi madre, la cara de sorpresa que puso no tiene nombre, ya que no sabría decir si era señal de que le gustaba el regalo o de que lo aborrecía. Supongo que le gustó, porque no tardó ni medio minuto en bautizarla como Lola y en ponerse a hablarle.
Y aquí empezaron los problemas, porque yo recordaba que teníamos la jaula del loro anterior por casa, pero lo que no me imaginaba era que iba a estar roñosa entera. Así que mi madre, que estaba muy estresada con la preparación de la comida del día de navidad (sí, 48 horas antes mi madre ya se mete en la cocina a preparar las toneladas de alimentos que luego no hay quien se acabe). Pues tuvo que dejar todo eso y recorrerse las escasas tiendas de animales de Santander en busca de una jaula adecuada para Lola.
Mientras tanto yo me quedé con ella suelta ya por casa, porque después de 5 horas encerrada en el transportin, no podíamos dejarla más tiempo allí, así que la puse en un palo y me quede esperando a que volviera mi madre. Y volvió pero con una primera jaula que no tengo ni idea de quién le dijo que era para loros, porque tenía una puerta por la que no cabía ni un periquito, así que vuelta otra vez a cambiarla y eso con el día de perros que hacía por Santander. A la segunda fue la vencida y la bicha ya tenía casa, casi a la hora de cierre de las tiendas, pero ya se pasó el estrés inicial.
Y en este punto tengo que decir que hay que ver lo que me gusta una excursión y más si es por Úbeda y sus famosos cerros, porque venía yo con la idea de hablar sobre mi Navidad y he acabado hablando sobre una loro y sus peripecias, así que voy a cortar por lo sano y dejar para otro día el tema de mis navidades.
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