lunes, 9 de enero de 2012

Érase un fin de año

Después de comentar la Navidad, toca dar un repaso a cómo ha sido el fin de año. 

La idea original era que ÉL y yo pasásemos tanto la cena de Nochevieja, como la comida de Año Nuevo juntos y sólo para nosotros, pero al final y como ocurre casi siempre, hubo varios cambios de planes. 

El primer cambio es que a ÉL le propusieron sus amigos juntarse después de las campanadas en casa de uno de ellos, para pasar una tranquila velada jugando a juegos de mesa. El problema es que en los planes de sus amigos, le dijeron claramente que no había lugar para las novias, así que yo me quedaba fuera, al igual que el resto de féminas del grupo (el resto de amigos son heterosexuales, por lo menos mientras no demuestren lo contrario). 

A esto yo le puse mala cara, ya que como había hecho el sacrificio de quedarme sin ir a pasarla con mi familia y amigos para pasarla a solas con ÉL, no era plan de que me dejase tirado a la primera de cambio y me lo aceptó, pero a cambio me pidió irse a comer al día siguiente con su familia. Con esto yo también me quedaría tirado el día de Año Nuevo, pero eso ya me importaba menos. La verdad es que es una lata eso de que su padre no acepte la orientación de su hijo, pero contra eso no se puede luchar, así que de momento, en esa mesa no hay ningún plato para mí. 

Luego llegó otro cambio de planes, ya que sus amigos finalmente aceptaron la presencia de las novias en la velada post-uvas, así que al final cedí y le dije que si íbamos los dos, que no había problema. Era la primera vez que los iba a ver desde nuestra reconciliación y no sabía cómo me iban a recibir, pero lo hacía por ÉL. 

El último cambio de planes fue la última tarde del año, justo cuando estábamos con la compra de los productos para la cena (sí, lo dejamos todo para el último momento). Me dijo que su mejor amigo, que está soltero y sin compromiso y que tiene una familia bastante desestructurada, le había comentado que iba a estar sólo en casa y le había preguntado que si se podía venir a tomar las uvas con nosotros. 

Esta vez era ÉL el que no estaba muy por la labor, en parte porque quería que empezásemos el año juntos y solos y supongo que en parte porque pensaba que yo iba a negarme a que viniese, pero se equivocaba. Yo me he sentido solo en muchas Nocheviejas y sé que se pasa mal, así que por mí no había ningún problema. Es más, le invité a que se viniese también a cenar con nosotros en lugar de venirse sólo a tomar las uvas pero su amigo no quiso. No sé si por no molestar o por qué, pero la excusa que nos dió es que su madre le había dejado mucha cena preparada. 

A cambio, le dije a ÉL que ya que venía su amigo, que se quedase conmigo a comer al día siguiente y así quedaron los planes finalmente: Cenábamos los dos sólos, poco antes de las campanadas vendría su amigo. Una hora más tarde nos íriamos los 3 a la fiesta con el resto de sus amigos y, por si la cosa se animaba, nos llevaríamos la casa con ruedas para poder dormirla tranquilamente, en vez de conducir. Y al día siguiente vuelta a casa y a comer juntos. 

Y todo iba más o menos según lo planeado: habíamos cenado, había venido su amigo, habíamos tomado las uvas (con la Pantoja, por supuesto) y la cosa se torció en la velada con sus amigos. La verdad es que fue un poco despropósito la cosa. Primero por el ir y venir de la gente, porque había una pareja que se tenía que ir muy pronto y otra que tardaba tanto en venir que ya empezábamos a dudar que apareciesen. Así que no pudimos empezar a jugar, porque los juegos que estaban previstos son de los que duran bastante y es necesario que esté todo el mundo de principio a fin. 

Para colmo, la pareja que faltaba por venir era la que tenía que traer el alcohol para casi todos, así que los amigos de ÉL empezaron a tomarse todo lo que encontraron por el mueble bar de la casa en la que estábamos, mezclando sin control. 

La situación era que las chicas y yo (vamos, las chicas, jejeje) tomábamos cubatas de Ron tranquilamente que eso sí que lo teníamos, porque lo habíamos llevado nosotros, mientras charlábamos de nuestras cosas, básicamente criticar a una pájara de la que hablaré más adelante. ÉL había tomado la sabia decisión de no beber, pero se había quedado dormido en la habitación del "propietario" del piso. En cambio los que esperaban al whisky, que se habían ventilado el mueble bar, estaban en un estado bastante lamentable. El "propietario" del piso estaba comatoso en la cama de sus padres, y el mejor amigo de ÉL estaba dando tumbos sin control por el lugar, vomitando donde podía. 

Otro de los amigos, que aún es virgen y no liga ni aunque la chica le indique su disponibilidad con un cartel luminoso, se había llevado a la fiesta a una compañera de la academia de inglés, conocida desde que entró por la puerta como "la pájara". La verdad es que a la chica se la veía bastante peculiar. Una mezcla rara de perroflauta con toques de pija y bastante politoxicómana y como consecuencia, con las facultades mentales bastante mermadas. La chica además se mostraba bastante receptiva al enamoramiento de una noche, pero ni por esas el virgen consiguió perder su estatus. 

Supongo que harta de que el virgen no diera el paso, la chica se tiró al cuello (o a donde pudo) del que andaba como una cuba dando tumbos por el piso, que en ese momento estaba durmiéndola en la misma cama que ÉL. Según confesó después, recuperó la consciencia ya en pleno morreo y al principio no sabía ni con quien se estaba besando. 

Esto provocó un cisma entre el virgen y el que estaba como una cuba, aunque la culpable realmente era la pájara y antes de que llegasen a las manos, los que casi no habíamos bebido decidimos que la fiesta ya había terminado para nosotros, así que desperte a ÉL y nos volvimos para casa a dormir. 

Al día siguiente comida tranquila con las sobras de la cena anterior y a perrear todo el día en el sofá, recuperando fuerzas para trabajar el día 2. 

La verdad es que haciendo balance, ha sido un buen comienzo de año ya que creo que ÉL y yo, por los esfuerzos que uno y otro hemos hecho, estamos mejor que nunca y por otro lado, sus amigos me han aceptado en su grupo igual que siempre, que era algo que me tenía un poco preocupado, así que ojalá que por lo menos todo se quede como está.

1 comentario:

  1. Bueno, si, por lo que veo ha sido una jornada maratoniana de negociaciones mutuas en fin de año. Hombre, y la fiesta, pues como casi todas las fiestas de nochevieja... desfadas... no ha estado mal, no. ¿Cuál era el menú?

    Bicos Ricos

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