martes, 31 de enero de 2012

Érase un compañero menos


Hoy me toca hablar de nuevo de mi situación laboral y es que mi equipo de trabajo hoy pierde a otro miembro. Cuando yo entré, éramos 5 personas y a los 15 días de llegar yo, se incorporó la única chica que hemos tenido y así las 6 personas nos mantuvimos estables durante 3 años.

Aquí en la oficina éramos el único equipo que no había tenido rotación. Eran buenos años de trabajo para los informáticos y cambiaban con facilidad de empresa, pero nosotros no lo hicimos. Nos mantuvimos en nuestros puestos en parte por el buen ambiente que se creó entre nosotros y en otra buena parte por la intervención de nuestro anterior jefe, que cuando tenía oportunidad, nos mejoraba el sueldo y las responsabilidades dentro del proyecto.

Hace ya casi 3 años, cuando empezó la puñetera crisis, mi jefe se vió obligado a prescindir del primero de nosotros. La verdad es que entre el compañero afectado y mi jefe, no había buena sintonía desde hacía tiempo. Llevaba 12 años aquí y estaba bastante quemado. La verdad es que se veía venir. El principal problema de aquel "despido" fue el momento, aunque la verdad es que vino impuesto desde muy arriba. El chico estaba de vacaciones y el mismo día en que volvió le comunicaron que ése era su último día aquí. No hubo tiempo ni de organizar despedidas, ni regalos, ni nada. Llegó, le contaron la situación, recogió 12 años de recuerdos y bártulos y se marchó.

Posteriormente, hace año y medio ya, aunque me parece que fue ayer, perdimos a otro miembro del equipo. Esta segunda vez fue un pérdida progresiva, ya que empezó a trabajar con otro equipo a medida que iba quedando más libre del nuestro, hasta que se desvinculó del todo de nosotros y a los pocos meses, cuando su otro equipo se vió afectado también por los recortes, como había sido el último en llegar, fue el primero en salir.

La chica que había llegado 15 días después de mí, acabó entrando en la gran empresa para la que trabajamos, a la vez que a mí me hacían encargado del equipo, así que ambos tuvimos similares funciones hasta que en esta gran empresa ella pudo desarrollar una buena carrera profesional, cambiando de aires. Y así el equipo se quedó reducido a la mitad.

Este verano, como creo que ya conté en su momento, hubo muchos cambios por aquí. Nuestro jefe de siempre, también cambió de aires y aprovecharon para reorganizar el departamento de arriba a abajo, dándole más forma de pirámide. Por la parte de arriba de la pirámide está la gente que trabaja en la gran empresa, el personal interno. En el medio estamos el personal subcontratado a múltiples empresas, el personal externo. En la base apareció una nueva empresa que se iba a encargar de todo el trabajo sucio, el servicio de desarrollo.

Con estos cambios, el personal externo que hasta entonces éramos gente para todo, íbamos a tener menos trabajo, así que sobraba gente. Y eso ha propiciado que hoy sea el último día aquí de mi compañero y que posiblemente en unos meses tenga que escribir sobre lo sólo que me quedo o sobre mi propia marcha.

He hablado de "despidos" entre comillas, porque al ser personal subcontratado, lo que hace la gran empresa es devolvernos a cada uno a nuestra propia empresa y son nuestras empresas las que se encargan de recolocarnos en otros proyectos o mandarnos a la cola del paro si no consiguen ningún puesto para seguir exprimiéndonos.

En el departamento somos 6 equipos y de cada uno de ellos van a salir una o dos personas. Todos ellos saldrán a finales de marzo. El único al que han adelantado la salida es a mi compañero y, casualmente, es el único de ellos que se quería quedar aquí, ya que el resto llevan mucho menos tiempo y no han creado tan buenos lazos, lo que unido a que estamos en las afueras de un pueblo de la sierra, vamos en el quinto pino, hace que a la gente no le dé pena marcharse.

A este compañero en cambio sí que le da pena no volver por aquí y la verdad es que nosotros también vamos a notar su ausencia. Es una persona que se hace querer, muy extrovertido y bromista y muy ligón con todas las escasas chicas del edificio. También muy trabajador, todo hay que decirlo.

Aquí hemos vivido con él su boda y el nacimiento de su hijo. Su mujer fue mi abogada en el accidente que sufrí con la moto y han formado un grupillo para jugar al pàdel. Supongo que nos seguiremos viendo, pero no creo que se pueda llenar el hueco que va a dejar.

2 comentarios:

  1. Dónde yo estoy, desde que he llegado hace 3 años, han sido por lo menos 6 bajas, y este año 3 o 4 más, claro que aquí la gente no se va a la calle, se retiran por jubilación. Yo la verdad es que no he tenido tiempo de echar a ninguno de ellos de menos, no sé, aquí las cosas son más frías, supongo.

    Bicos Ricos

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  2. Yo también he perdido compañeros estos años. Algunos por jubilación (y no se coge a otra persona), otros porque han encontrado un trabajo mejor y algunos por los recortes. Todos estamos esperando a ver si siguen recortando en personal.

    Con alguno si que se mantiene la amistad. Yo por ejemplo sigo viéndome a veces con un antiguo compañero en otra empresa, aunque ninguno de los dos esá ya en la empresa original.

    Un beso (personal)

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