Después de la última entrada que publiqué, en la que no estaba en mi mejor momento, mi estado de ánimo ha cambiado bastante.
La semana pasada empecé a trabajar mañana y tarde, así que tuve menos tiempo libre para desperdiciarlo tirado en el sofá.
El martes era el cumple de mi casiÉL, así que el lunes me tocó ir a comprar los regalos, que aunque los tenía pensados desde hace tiempo, me pilló el toro como siempre.
El martes lo celebramos en la intimidad de mi casa y aunque algunos detalles románticos que tuve le gustaron mucho, el regalo principal resulta que lo tenía repetido. Eso me pasa por regalarle cosas frikis de las que tanto le gustan a él y de las que tan poca idea tengo yo.
También retomé la costumbre de pasar por el gimnasio por las mañanas, antes de ir a trabajar, aunque sólo me duró 3 días.
El jueves no fui, para no estar muy cansado por la tarde, ya que tenía mi primera clase de patinaje. Me he apuntado al mismo grupo en el que lleva un año un compañero de trabajo, que según él, no falta nunca. Hasta la semana pasada, que me dejó colgado para irse a jugar al Paintball con el resto de compañeros del curro.
La verdad es que me apetecía un montón irme con ellos, pero me parecía mal faltar a la primera clase, así que otra vez será lo del paintball, que espero que se animen a repetir.
Y el fin de semana a mi tierra, a pasar el fin de semana allí. El viernes tenía cenita con los amigos de toda la vida, que daría para un post entero (aunque en el plan que estoy de publicar uno por semana, dudo que lo llegue a escribir). Lo más reseñable fue el hecho de que nos juntamos todos, que ya es todo un acontecimiento en sí mismo.
El sábado tenía un plan más familiar, porque mi prima celebraba su 9º cumpleaños. Mis tíos habían contratado la celebración en Cabárceno, que es un macro-zoológico que tenemos en Cantabria. Y aunque la fiesta era para los niños, a los mayores nos dejaban entrar gratis para llevarlos, así que mi madre y yo aprovechamos una vez que el monitor se hizo cargo de toda la chiquillada, para pasar un rato juntos, como hacía mucho que no pasábamos, en este caso viendo bichos.
Las conclusiones que puedo sacar de este día es que sigo odiando a los niños y que no puedo estar con mi madre más de una hora sin quererla asesinar, jejeje. Y como acabé molido, el fin de semana no dió para más, descansar la noche del sábado y recuperar fuerzas para la vuelta a casa del domingo.
Hoy lunes la semana ha comenzado de forma atípica. Por la mañana tenía cita para llevar la moto al taller para una revisión y cambio de aceite y además esta semana sólo trabajo 2 días, ya que el miércoles espero marcharme de minivacaciones.
Todavía no tengo muy claro para dónde irme (estoy entre Mazarrón y Granada, pero no descarto otras opciones), lo que sí sé es que por primera vez me voy sólo de viaje con la casa con ruedas.
Así que quiero aprovechar para meditar, descansar y estar un poco a mi bola. Ya os contaré qué tal.
Ahm, hombre, pues es una pena que no invites a ir un par de días a Granada, jejeje. ¿Ves? Si es que hasta tendrías compañía. Pero claro, como prefieres tenernos abandonados absolutamente... pues na...
ResponderEliminarbicos Ricos
Vaya, pues bienvenido al club del autismo vacacional, jajajajaja, si te digo la verdad a veces tener tiempo para uno mismo no está nada mal.
ResponderEliminarY, si me dejas, te cuento otro secreto: creo que casi nadie puede soportar a sus padres más de unas horas sin quererlos asesinar... ni más de unos minutos sin echarlos de menos cuando no están, :P
Pues yo soy de los que no me cuesta nada irme solo de vacaciones. Según donde hasta es mejor ;)
ResponderEliminarUn beso (solitario)
poco a poco, y ya veras como ls cosas se colocan. con casi El, me alegro que tbm esteis dando pasitos, de verdad. Y en las mini vacaciones, sobre todo, mucho mucho descanso mental.
ResponderEliminarUn beso