martes, 22 de enero de 2013

Érase unos vaticinios para el 2013


Hoy toca un post de estos que se suelen hacer a principios de año, pero que como yo voy a mi ritmo con este blog, pues lo hago a finales de enero y me quedo tan pancho. Así además tengo un mes menos y con ello, menos posibilidades de fallo.

Empezamos por lo familiar y no son buenas las previsiones. Si el 2012 ha sido un año de pérdidas para mi familia paterna, creo que el 2013 lo va a ser para la materna. Por un lado, me preocupa mi abuela y su falta de ganas de vivir y por otro lado, el cáncer se ha cebado con una prima de mi madre y parece que tiene mala solución. Esperemos que los médicos se equivoquen.

Después de este pronóstico tan crudo, me quedaría el propósito de visitarlos más a menudo, pero va a ser que este año no me lo voy a hacer. Tiro la toalla. Si total, siempre digo lo mismo y nunca voy.

Ahora paso a hablar de ÉL y nuestra relación. Lo segundo está muy bien. Estancada, pero en un punto muy bueno y aquí creo que la palabra clave para este 2013 es TRANQUILIDAD.

En cuanto a ÉL, lleva un comienzo de año un poco amargado por cuestiones laborales, así que espero que en este 2013 tenga una mejora de las condiciones de su actual puesto o que encuentre un nuevo trabajo. Lo que sea, pero que se me anime, que no soporto verle tan decaído.

Con la llegada de Luffo, la segunda mitad de 2012 ha estado marcada por el bicho y casi no le hemos dejado sólo, para evitar que nos destrozara la casa y por miedo a que no dejase de ladrar y molestase a los vecinos. Tenemos que cambiar esto como sea, ya que nuestra vida social y nuestro ocio se han resentido enormemente.

En esto del ocio, me gustaría aprender a practicar algún nuevo deporte. Estoy entre dos: el esquí y el submarinismo. El principal problema para esto es que le tengo que convencer a ÉL y no está muy por la labor. De momento me doy con un canto en los dientes con que esté tratando de aprender a patinar. Espero que en este año por lo menos mejore en esto del patinaje y podamos hacer alguna rutilla juntos por la ciudad.

A parte del deporte, tengo un proyecto artístico en mente, pero como me conozco, prefiero no dar más detalles porque seguro que finalmente la cosa queda en nada.

Y ya el punto estrella de los propósitos de año nuevo: perder peso. Tanto ÉL como yo estamos a dieta, bueno ÉL está a dieta y yo simplemente tratando de comer más sano. De momento llevo 2 kilos menos y espero seguir perdiendo. De momento tengo la voluntad y el estar haciéndolo juntos, ayuda bastante a que no decaiga el ánimo.

Pues nada más. Veremos al final de año (o cuando sea, que me conozco) lo que se cumple y lo que no.

1 comentario:

  1. JEjeje, bitxin, pero esto es un post de buenos propósitos que no de vaticinios... muy buenas voluntades pero ¿Se cumplirán todos los sueños?

    Bicos Ricos

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