jueves, 11 de agosto de 2011

Érase unos compañeros de trabajo

Mis compañeros de trabajo son unos viejunos (de media nos separan 10-15 años, así que todavía podría ser peor) y además bastante pijillos y de derechas (que son dos cosas que tampoco tienen por qué ir unidas, pero en este caso sí que se dan).

Otro factor que nos diferencia (aunque ellos lo desconocen) es que yo soy gay y ellos heteros, pero esto debe ser lo más habitual en cualquier puesto de trabajo, a excepción de algunas profesiones (peluquero, modisto, decorador...) algunas zonas geográficas (Chueca) o algunas empresas (Telecinco).

Estos 10-15 años que nos separan, son unos años importantes, ya que ellos están casados o casándose y con hijos o intentándolo, por lo que supongo que nuestras vidas son bastante diferentes.

Nunca solemos hacer planes a la salida del trabajo, más que nada porque trabajamos en medio de ninguna parte y para ir a tomarse unas cañas a cualquier sitio ya hay que coger el coche y eso, al salir del trabajo, da pereza.

Tampoco se suelen organizar quedadas en fines de semana, antes se organizaban algunas, como la típica cena de navidad (de la que yo normalmente trataba de poner alguna excusa para no ir), pero ya ni eso.

Sí que hay distintos grupos de gente con aficiones comunes que quedan para practicarlas: póker, patinaje, pádel, baloncesto, putas,... pero yo tampoco me veo en ninguno de ellos.

Aunque eso está cambiando últimamente, ya que el hecho de estar en agosto en Madrid, más colgado que un farolillo me está haciendo apuntarme a hacer cosas con algunos de ellos (y no penséis mal, que ya he dicho que son heteros).

Por el momento, llevo dos días quedando con varios compañeros para ir a patinar a un polideportivo cercano y otro día alguien propuso ir a ¿jugar? al paintball y me apunté sin pensarlo, cosa que en otros momentos de mi vida no creo que hubiese hecho, pero como digo, estoy en plan de apuntarme a un bombardeo, para tratar de salir de mi soledad habitual.

Últimamente se está hablando mucho de rutas de bici, así que no descarto que un día de estos alguien proponga quedar para darle a eso de los pedales y supongo que también me apuntaré.

También me he inscrito en un curso para perfeccionar eso que yo hago y que no se puede llamar patinar (le tomo prestada la frase a Z), que empezará en septiembre en el polideportivo municipal (aunque de gestión privada) de mi barrio y vistos los maromos que entraban y salían del centro mientras yo estaba con el papeleo de la inscripción, me habría apuntado a todas las actividades e incluso me habría quedado a vivir en el vestuario. Aunque durante el curso me voy a tener que contener, porque también viene otro compañero de trabajo con su mujer.

El objetivo de todo esto: conocer gente, dejar atrás la soledad que a veces siento, divertirme y hacer deporte. ¿Se os ocurre alguna otra actividad para conseguir estos objetivos? Y que no sea el sexo con desconocidos, que os veo venir y eso ya me aburre.

2 comentarios:

  1. Claro que sí, todo lo que sea salir un poco de la rutina está muy bien, conocer gente nueva viene muy bien para oxigenarse.

    Besazos!!!

    ResponderEliminar
  2. Chuchi, tú tranquilo, que pronto vuelve a Madrid Pimpfito y ya nos apuntaremos juntos a un curso de macramé, o de patchwork, jajajaja, bueno, y si no, al deporte olímpico por excelencia, el levantamiento de cañas.

    Bicos Ricos

    ResponderEliminar