jueves, 10 de enero de 2013

Érase unas navidades (la parte mala)


Se acabaron por fin estas fiestas. Y digo por fin, porque aunque nunca me han gustado mucho, con los años va a peor. Menos mal que ÉL está a mi lado y cada vez las pasamos más tiempo juntos y menos con nuestras familias. Los últimos años siempre lo hacemos así: Nochebuena y Navidad cada uno con su familia y el resto las pasamos nosotros juntos.

La víspera de Nochebuena, apurando todo lo posible, me fui a mi tierra y el viaje me sentó bastante mal, ya que llegué todo acatarrado. Fue llegar y tener que meterme en la cama.

El día de Nochebuena me tocó quedar a mediodía con mi padre para ir a visitar a su familia. Ha sido un año horrible para ellos, con 3 pérdidas, la última de ellas 15 días antes y los ánimos no estaban para mucha celebración. La conversación con mi padre, durante los 30 minutos que estuvimos juntos, como siempre: por compromiso y sin entrar en profundidades. Cada vez me siento más alejado de él.

La cena de Nochebuena, la pasamos mi madre y yo solos en casa. Ella todos los años se esfuerza por hacerme sentir cómodo en estos momentos, pero difícilmente lo puede conseguir, porque la situación es muy deprimente. A las 22:30 ya estaba en la cama.

El día de Navidad me levanté pronto para ayudar a mi madre a preparar la comida y a mediodía fuimos a llevarle su ración a mi abuela. La encontré muy deteriorada y ya no quiere salir de casa para nada. Mi madre tiene que ir todos los días a darla de comer y de cenar, porque ya no tiene ganas de vivir.

Después volvimos a casa de mi madre y llegaron mi tía, su marido y su hija, que eran los invitados a la comida. Lejos quedan ya los años en los que nos juntábamos 14 personas a la mesa.

Lo mejor de aquel viaje llegó por la tarde, ya que mis amigos, que nunca me fallan, me hicieron olvidarme por aquella tarde lo deprimente de mis navidades en casa.

Menos mal que ellos se acuerdan siempre de mi y son los que se encargan de organizar las quedadas, porque yo por no molestar, ni siquiera me pongo en contacto con ellos. Me parece muy egoísta estar alejado de ellos el resto del año y hacerles cambiar sus planes para estar conmigo. Tengo la suerte de tener los mejores amigos. Cuando estoy en Madrid, les echo más en falta a ellos que a mi familia.

Al día siguiente bien pronto me volví a Madrid y así comenzaría la parte buena de las fiestas, que también la ha habido, pero esa ya es otra historia.

2 comentarios:

  1. Vaya, no, no son unas navidades superpreciosas, aunque con el tiempo también las valorarás, ya verás tú. El caso es que creo que el que se siente desapegado de todo eres tú en general.

    Bicos ricos

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    1. La verdad es que tienes razón, yo soy el que va por libre y me siento desapegado de todo. ¡Cómo me has calado!

      Un beso!!

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