martes, 7 de agosto de 2012

Érase una adopción (II)


Continuando con el proceso de adopción que empecé a contar ayer, nos habíamos quedado en que estábamos en una protectora, bastante hundidos porque no nos iban a entregar el perro que queríamos y que estaba delante nuestro.

Sin darnos tiempo para reaccionar, nos pasaron a los recintos donde tienen a todos los perros, pero estábamos tan desilusionados que nos entró un agobio horrible al ver a tanto perro junto.

Por suerte, llamaron a Mónica para que se ocupase de otra tarea y se encargó de nosotros una de las jefas de la protectora, que nos llevó otra vez a la oficina, para casi volver a repetir toda la entrevista y charlar un poco con nosotros. Yo creo que lo hicieron al ver cómo estábamos.

Después nos volvió a llevar con los perros y nos dijo que fuésemos viendo y que luego le dijésemos cuál queríamos, pero con esta mujer todo fue bastante frío. Por el camino, ninguno de los perros conseguía que nos olvidásemos del que estaba fuera.

También la llamaron para ocuparse de otra cosa y la sustituyó una tercera persona, María otra voluntaria, que sólo nos preguntó que tipo de perro queríamos. Contestamos por tercera vez que mediano, joven pero sin llegar a cachorro, atlético y de pelo corto y ya se centró en enseñarnos sólo ese tipo de perro. Además ella sí que conocía bien a todos los perros. Se notaba por todas las explicaciones que nos daba de cada uno de ellos, de cómo se portaban, como habían llegado hasta allí, edad, tiempo que llevaban...

Ella nos propuso a sus dos preferidos y nosotros vimos a dos que nos gustaron y que resultaron ser hermanos. Primero paseamos por el patio a sus dos preferidos y cuando dijimos que nunca habíamos paseado a un perro, nos estuvo enseñando trucos y consejos y nos ayudó mucho. La lástima es que aquellos perros pasaban de nosotros y en el paseo tiraban demasiado, así que decidimos cambiar.

Cuando nos sacó los hermanos que nos gustaron a nosotros (un macho y una hembra) todo fue distinto. Nada más llegar con nosotros ya se tiraron al suelo esperando a que les hiciésemos mimos y el paseo fue genial con ellos. Incluso estuve corriendo un poco con cada uno de ellos, que es una de las cosas que me gustaría hacer con el perro. Seguían el paso perfectamente, parecía que llevase toda la vida con ellos.

Ahora llegó el dilema, escoger entre el macho y la hembra. Todas las personas que pasaban por nuestro lado nos decían que estábamos de foto familiar, los dos con los dos perros y nos insistían bastante en llevarnos los dos. La verdad es que fue un poco agobiante, pero bueno, ya hablando un poco más en serio con María, nos dijo que si nos daba lo mismo, a ellos normalmente les cuesta menos dar en adopción a las hembras, así que adjudicado, nos quedamos con el macho.

Si recordáis el proceso que me dijeron, se suponía que tenían que ver la casa y al preguntárselo, nos dijeron que sí, que ellos nos llevaban al perro, veían la casa y si todo estaba en orden ya se quedaba con nosotros. Y que lo harían aquella misma tarde.

Como nos habían dicho que el proceso era muy lento, no teníamos nada preparado, así que de vuelta a casa tuvimos que parar a comprar lo básico: comedero y bebedero; collar, arnés y correa; comida y cama y algún juguete.

La compra la hicimos a la velocidad del rayo, tanto que tuvimos que volver después a cambiar la talla del collar y del arnés. Pero aún así, cuando llegamos a casa acababa de aparcar la furgoneta de la protectora. Hablamos con ellos para que esperasen un poco a que subiésemos todos los trastos y nos organizásemos y en 5 minutos ya estaban ellos y el perro con nosotros en el piso.

Sobre el piso, no hicieron ningún comentario. Fuimos directamente a los papeleos: Cartilla, contrato, chip identificativo... Se daba por hecho que Lucano, que es como se llamaba el perro en la protectora, iba a quedarse con nosotros.

A nosotros el nombre nos parecía muy largo y Luca o Luck no nos acababa de convencer, así que decidimos rebautizarlo como Lufo. Y sin más, aquí os lo presento:


4 comentarios:

  1. Qué bonito!!

    Por lo poco que veo, el piso también ha quedado chulo.

    Besazos!!

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    1. Me alegra que te guste.

      Del piso todavía tengo pendiente enseñar más fotos, pero me da una pereza hacerlas... en fin, más adelante.

      Un beso!!

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. Me encanta. Me encantan los perros que no son nadie, al final son las razas más nobles. Pues ahora a disfrutar del chucho, y a ver quién recibe más cariño, si vosotros o él.

    Bicos Ricos

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