lunes, 6 de junio de 2011

Érase una primera comunión

Bueno pues ya estamos de vuelta del evento familiar al que tanto miedo tenía: la comunión de mi prima.
La ceremonia, un coñazo, como era de esperar. Además yo tenía previsto escaquearme, pero al final no pudo ser, porque me liaron para que la grabara en vídeo, así que no sólo no me pude escapar, sino que tuvimos que llegar pronto para pillar sitio en la primera fila del coro, para asegurarnos unas buenas vistas.

Encima, de unos 30 niños que hacían la 1ª comunión a la vez, la anécdota la tuvo que poner precisamente mi prima, que al ir a dar la paz a su familia, se pisó el vestido y se cayó en mitad del pasillo... menudo mal rato que se llevó. A ver si mandan el vídeo a un programa de estos de mamporros y por lo menos se llevan un dinerillo, y que me den mi parte por haberlo grabado, jejeje.

En la iglesia, lo de estar con el vídeo nos vino bien, porque así nos escondimos en el coro y no hubo momentos incómodos con la familia, pero ya en la comida no había excusas... aunque tampoco hicieron mucha falta, porque de nuestra familia sólo estábamos mi madre, mi abuela, unos parientes lejanos (tíos y primos de mi madre) y nosotros.

Por la parte de mi tío eran muchos más de familia, pero tampoco nos juntamos las dos familias, así que no sé qué pensarían de mi acompañante. Creo que he descubierto que lo de ser tan asocial lo debo llevar en los genes, porque fue comer cada familia en una mesa distinta y luego cada uno por su lado, hasta que "los otros" se fueron un poco a la francesa.

Nosotros por lo menos esperamos a que acabase la actuación de los magos que estaban contratados para las 3 comuniones que allí se celebraban, pero menudo fracaso, creo que en el momento de mayor aforo, se debieron llegar a juntar 5 ó 6 niños. A decir verdad, tengo que reconocer que nosotros nos quedamos porque la que había llevado el coche era mi madre, porque si no, habríamos sido los primeros en abandonar el lugar.

Sobre lo que más miedo me daba, la relación entre mi familia y ÉL, mi abuela nunca ha pedido explicaciones y la verdad es que no sé qué pensará, porque sabe que cada vez que voy a verla voy con ÉL, pero ya digo que nunca ha preguntado nada.

Mi tía (la madre de la homenajeada) no se lleva demasiado bien con gran parte de la familia, por eso, como casi todos los cercanos la dejaron plantada, tuvo que abrir el círculo hasta encontrar alguien que aceptase ir (por aquello de que no ganase por goleada la familia de su marido), en este caso aceptaron la invitación una hermana de mi difunto abuelo y su marido y su hija y su marido, que como todos ellos reconocieron nada más llegar, nunca dicen que no cuando se trata de comida por la patilla... sobran los comentarios. Para completar su carta de presentación, tengo que decir que tanto estos tíos como estos primos de mi madre, son bastante homófobos. Lo sé por comentarios que durante años he tenido que escuchar, aunque supongo que es fruto de su edad (por los tíos) mezclado con la hipocresía de los EEUU, porque todos ellos han vivido más tiempo allí que aquí. Por si acaso, ya se encargó mi madre de presentarle como un amigo. El día que mi madre le trate de puertas para afuera, como lo que es: mi novio, creo que se acabará el mundo. Eso sí, de puertas para adentro, todo genial, hasta el punto de irse ella a dormir a otra habitación y dejarnos a nosotros la cama de matrimonio.

En resúmen, se puede decir que fue una celebración muy triste. Poca y lejana familia por nuestra parte y mucha pero sin ningún interés por la otra parte. Por lo menos mis tíos tuvieron la vista de invitar a una amiga suya del cole, porque si no fuera por eso, mi prima se habría aburrido como una ostra, casi tanto como nosotros. Eso sí, por lo menos se lleva, a parte de la hostia (y lo digo por la comunión, no por la caída), un buen cargamento de regalos. Menos da una piedra.

5 comentarios:

  1. Que plomizas que suelen ser las comuniones eh? Pero bueno, ya ha pasado lo peor. Eso sí, pobrecilla tu prima, que apuro tuvo que pasar con el hostión jajajajaja.

    Besos.

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  2. Jajajaja, ya te dije yo, que eso de las comuniones ya no se llevaba, ni entre los católicos... jajaja. Bueno, así como lo has contado ha sonado a truño total. Y es que una comunión sin miles de críos... pues no sé, como que no, y sin familias pues ocmo que menos. Pero veo que, medio habeis superado la prueba, o por lo menos la habeis pasado discreta.

    Bicos Ricos

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  3. Casi pareció más un juicio en los que los demandantes y los demandados no se juntan que una comunión. Yo no he ido nunca a una ceremonia de este tipo con alguien de pareja, pero me daría mucha rabia tener que presentarlo como un amigo en lugar de como novio. No sé, cuando llegue el momento no se que pasará.

    Y si el vídeo lo premian y sale en televisión avisa, que será la comidilla de los blogs jajaja

    Un beso (a toda hostia)

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  4. Christian, supongo que tendrás razón (como casi siempre) con eso de que las comuniones son muy plomizas, pero por lo que he leído en la rae:
    1. adj. Que tiene plomo.
    2. adj. De color de plomo.
    3. adj. Parecido al plomo en alguna de sus cualidades
    No acabo de encontrar el parecido.

    Pimpf, un truñaco en toda regla. Y como es la única niña de la familia, pues es lo que tiene... muchos regalos pero pocos niños con quien compartirlos.

    Parmenio, entre que yo no estaba muy cómodo con la situación y que mi madre ya se encargaba de adelantarse en las presentaciones, pues como amigo se quedó.

    Besos a todos!!

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  5. Bueno, había que pasar ese día, aunque tiene que ser muy complicado estar en una celebración familiar y que las cosas sean asi de frias, no? Bueno, al menos se paso y no hubo momentos incómodos con EL.

    Un besooo

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