jueves, 29 de diciembre de 2011

Érase un retorno

Ya ando otra vez por aquí, si os preguntáis el motivo de tan larga ausencia, os lo puedo resumir en que he estado tratando de recuperar la relación con ÉL y eso consume mucho tiempo.

Pero considero que ha sido un tiempo muy bien invertido, a pesar de que me ha tenido alejado de la blogosfera, ya que hemos conseguido alinearnos en el espacio-tiempo.

Muchas veces he comentado que siempre estábamos como el perro y el gato, ya que cuando yo quería volver ÉL no estaba tan seguro y cuando ÉL quería volver, era yo el que no estaba por la labor.

Pero por fin llegó el momento en el que los dos nos encontramos predispuestos a la reconciliación, desplegando cada uno nuestras mejores armas y volviéndonos a enamorar mutuamente.

Lo de que hemos vuelto, tampoco lo hemos hablado así en plan de decírnoslo a la cara, ya que en su día tampoco hablamos nunca de que estábamos saliendo. Simplemente hemos llegado a esa conclusión después de pasar tantísimo tiempo juntos, cuando ÉL se queda casi todos los días a dormir en mi casa y cuando hacemos planes de futuro juntos. Supongo que eso es una relación, aunque nunca hablemos sobre ello.

Dicen que de todo se aprende en esta vida y de las 3 rupturas que hemos tenido, yo he aprendido cosas importantes.

En la primera ocasión, cuando apenas llevábamos un par de meses, descubrí la belleza de su interior, ya que yo corté sin darle ninguna explicación y ÉL se mantuvo a mi lado, ofreciéndome su amistad desinteresada, que me venía muy bien porque yo no conocía a casi nadie en esta ciudad y con ese gesto en el día a día me fue conquistando. Creo que incluso puedo decir que fue ahí cuando me enamoré realmente de ÉL, ya que hasta ese momento creo que nunca me había tomado en serio lo nuestro.

En la segunda ocasión, tras un par de años de relación, habíamos caido en la rutina y yo tenía ganas de hacer cosas nuevas. En el primer intento de introducir novedades, se me ocurrió hacer una salida de senderismo por la Sierra y la cosa salió mal. Esa gilipollez supuso la segunda ruptura. En aquella ocasión, creo que yo tuve siempre claro que volveríamos hasta que ÉL me dijo que estaba empezando algo con otro chico. Eso hizo clack en mi mente y ahí fue cuando empecé a luchar por reconquistarlo. De aquella ruptura aprendí que no puedo pretender que ÉL esté eternamente detrás de mí y que si yo paso de ÉL, ÉL puede hacer lo mismo y dejarme por otro. Parece obvio, pero es algo que hasta ese momento nunca me había planteado.

De esta ruptura creo que todavía es pronto para sacar conclusiones, pero ahora mismo pienso (y espero que ÉL también) que estamos hechos el uno para el otro y que tenemos toda una vida en común por delante, con sus buenos y malos momentos. Espero que sean mucho más de los primeros, y que no haya más rupturas. El tiempo lo dirá.

No creo que leas esto, pero por si acaso: TE QUIERO.

4 comentarios:

  1. wow, lo que yo tengo claro es que en toooodas las relaciones hay problemas y la unica forma de resolverlos es conversando, espero que lo mejor suceda para los dos!

    ResponderEliminar
  2. Gary, pues sí, lo mejor es hablar las cosas y es lo que nosotros menos solemos hacer, así que dejamos que los problemas crezcan y crezcan hasta que se enquistan. A ver si aprendemos de una vez.

    Muchas gracias por tus deseos y un beso!!

    ResponderEliminar
  3. El retonno del rey. Bueno se ve que has terminado el año bien entonces, que era lo importante. Y nada, a cuidarlo, que luego no lo tenemos y nos quejamos, yo también me aplico el cuento, jejeje

    Bicos Ricos Ahm, y felices fiestas

    ResponderEliminar
  4. Pues me alegro también de vuestro retorno y eso, a aplicarnos el cuento.

    Un beso!!

    ResponderEliminar