lunes, 28 de noviembre de 2011

Érase las últimas cenas con mis amigos

Me iba a poner a escribir hoy sobre este último finde que he pasado en Santander con mis amigos, pero he caído en la cuenta (más bien me lo han recordado ellos, ya que se han convertido en visitantes de este rincón) que en su día no escribí sobre la anterior visita, así que hoy toca un dos por uno, como las ofertas del súper.

Tengo que reconocer que tengo unos amigos que no me los merezco, porque a pesar de tenerles abandonados desde que estoy en el destierro madrileño, cada vez que voy organizan un sarao para recibirme. Bueno, la verdad es que tampoco voy a ser tan ingenuo, que cualquier pretexto les sirve para montarse una buena juerga y en estos casos, la excusa se la sirvo yo en bandeja, jejeje.

En la anterior ocasión, fue LA la que nos hizo de anfitriona, junto a su marido y su perro Yoda. Bueno, llegado este momento, creo que toca rebautizar a LA como Laurutz, que es como se está haciendo llamar en la Blogosfera y es que esta fiebre de los blogs se está contagiando entre mis amigos.

Volviendo a lo que estábamos, como mi memoria va mermando con el paso del tiempo, voy a resumir aquella primera velada en muy pocas palabras: La anfitriona: perfecta, la comida: riquísima, la compañía: inmejorable, la bebida: no la pude probar porque conducía (¿a quién se le ocurre irse a vivir tan lejos?), las risas de sobremesa: aseguradas, la visita de los vecinos para quejarse del ruido: lógica y el fin de fiesta: exótico.

Sólo me voy a detener un poco más en este último punto, porque he puesto exótico por poner algo, pero ¿cómo puede acabar una cena de 3 maricas y 3 mariliendres? pues yéndonos todos juntos de CRUISING. Bueno, todos todos, no. Sólo los maricas y una de las mariliendres. Y encima fue ella la que insistió.

El lugar elegido fue el aparcamiento de una playa perdida y, la verdad es que la noche no invitaba a ello, ya que hacía frío y estaba lloviendo, así que prácticamente no había nadie. Es de esos sitios en los que se liga de coche en coche y allí estaban ellos metidos al fondo de mi casa con ruedas, aprovechando el tinte de sus cristales, mientras me dejaban a mí en el puesto de conducción dando la cara.

La verdad es que nos reímos bastante e hicimos que Nelly conociera un sitio de esos, aunque la verdad es que no sé que se esperaba del lugar, porque mira que insistió. Como ella misma dijo, se sintió como Rafa Méndez en el programa After Hours.

Pasando a este reciente finde, el plan fue menos hogareño, porque cenamos en un chino y después los 3 maricas nos fuimos de fiesta, esta vez sin las mariliendres, por el escaso ambiente santanderino.

Según M sólo iba a ser una cerveza rápida, porque al día siguiente tenía que seguir preparando sus oposiciones, pero como todos imaginábamos, la cosa se lió. Acabamos en el único cuarto oscuro de la ciudad, ese en el que la última vez que habíamos ido, casi nos echan por ponernos a jugar al escondite. La verdad es que sólo entré porque me habían dicho que lo habían reformado y allí estaba M enseñándome lás reformas, mientras nos metían mano. Y con las mismas, nos fuimos para casa, donde tuvo lugar la verdadera odisea de la noche, aunque ya de buena mañana.

Resulta que a mi madre hace poco la robaron el bolso con, entre otras cosas, las llaves de casa y la documentación con su dirección, así que había cambiado la cerradura con cargo al seguro. Antes de irme, me dió una copia de la nueva llave, pero la verdad es que yo no la probé y cuando regresé de fiesta, pues resulta que la llave no funcionaba. Que conste que lo intenté varias veces, por si era producto de la borrachera que llevaba, pero no, definitivamente algo no iba bien.

Llamé varias veces al timbre y mi madre no se despertó a abrirme. Bajé a llamar al telefonillo y tampoco hubo respuesta. Saqué el móvil y me había quedado sin batería, así que finalmente me tuve que ir a una de las pocas cabinas que quedan en el pueblo a llamarala por teléfono.

Volví corriendo hasta casa y allí estaba ella esperándome en la puerta y yo tratando de disimular la embriaguez. La verdad es que o ella se hizo la tonta o yo disimulé muy bien, porque no me dijo nada. Más bien imagino que lo primero, amor de madre. Y así han terminado de momento estas dos veladas con amigos, hasta la siguiente, claro, porque espero que haya muchas más.

7 comentarios:

  1. Tienes que subir más a tu querida Santander, si te tratan tan bien seguro que da gusto repetir.

    Un abrazo

    UT

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  2. Ut, la verdad es que sí, da gusto repetir, pero la verdad es que es una palicilla de viaje... si no, iría más a menudo.

    Un beso!!

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  3. Nos metieron mano en el cuarto oscuro??

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  4. Cruising... cuarto oscuro... ¿a que amigos vas a Santander a visitar? ;)

    Un beso (amigable)

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  5. M, a ti no sé, a mi el del jersey a rayas me pegó un repaso fino, mientras me enseñabas las nuevas cabinas. Luego ya se debió dar cuenta de que estábamos de visita turística y se marchó.

    Un beso!!

    Parmenio, ya ves, si la culpa de como soy la tienen mis amigos, que me llevan por mal camino, jejeje

    Un beso!!

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  6. Ayyyyyyyyy.... a pesar de esa borracheras, conste que eres adorable... jajajaj!
    Eso sí... de haber abierto yo la puerta, hubieras ido caliente a la cama... jajajaj! no sabemos con qué tipo de calor... pero caliente! jajajaj!
    Besos, guapetón!!!!!

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  7. Bitxin, es que las noches contigo siempre terminan de forma diferente. Aun recuerdo la última vez que nos vimos. Cuando llegué a casa no tenía ni ordenador ni cámara de fotos. Jajajajajaja, bueno, dormí con mi ex, menos es nada.

    Bicos Ricos

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