Por fin ha acabado el verano. Bueno, la verdad es que ya acabó hace unos días, pero es lo que tiene el tener esto tan abandonado.
Para mí, este ha sido uno de los peores veranos de mi vida. En esto influye el no haberme ido a ningún sitio en vacaciones, el haberme llevado una gran desilusión en el trabajo y, fundamentalmente, la ruptura sentimental que se produjo con la llegada de los calores.
Reconozco que al principio me tomé la ruptura demasiado bien, quizás como un "ZAS!! en toda la boca" para mi ex. Como la cosa había surgido de su parte, supongo que me quise hacer el fuerte y hacerle ver que no me iba a quedar en casa guardando el luto. Esto coincidió con el mejor Orgullo que he pasado desde que vivo en esta ciudad, gracias sobretodo a la compañía que encontré por aquí.
Sin embargo, desde que acabaron estas fiestas mi vida ha seguido un peligroso camino descendente, con algún repunte puntual, hasta ahora que no sé si por fin habré tocado fondo, pero desde luego estoy bastante hundido.
En estos últimos meses hemos tratado por todos los medios de esforzarnos en que todo volviera a ser como antes entre nosotros, haciendo casi vida en pareja de nuevo, aunque sin llegar a dar el paso de volver de manera oficial. Ya puse por aquí que incluso hicimos un viaje juntos, en el que no hubo problemas.
Pero sí que había un problema de fondo, ya que estábamos tratando de reconstruir algo sobre una base que no era estable. Me he esforzado y preocupado tanto por él, porque estuviese agusto con él mismo y conmigo, que me he despreocupado bastante de mi y ahora me he dado cuenta de que estoy bastante hecho mierda.
Mi autoestima está por los suelos. La ansiedad me hace comer más de la cuenta y he cogido un montón de kilos. También fruto de la ansiedad, me he dedicado a las compras compulsivas, por lo que mis finanzas también se han resentido, aunque afortunadamente tengo un curro que me permite pagar sin problemas las facturas. Por todo ello, no hago más que autocompadecerme y ahora que tengo bastante tiempo libre, lo desperdicio tirado en el sofá, rodeado de sus cosas que aún inundan toda mi casa, lo que me recuerda a él y mina más mi autoestima y vuelta a empezar... Un círculo vicioso y muy autodestructivo del que tengo que salir como sea, aunque no me vea con fuerzas.
Y después de despellejarme a gusto, ahora tocan los propósitos. El próximo lunes dejo de tener jornada reducida, pasando a trabajar mañana y tarde, así que tendré menos tiempo libre para autodestruirme. También me he propuesto retomar el gimnasio, todas las mañanas, antes de ir a trabajar, como ya he estado haciendo en otras etapas.
En cuanto a nuestra relación, la verdad es que no tengo nada claro qué es lo que más nos conviene. Él me dice que también se encuentra en un estado parecido al mío, con la diferencia de que ha encontrado gente en la que apoyarse para salir del pozo, lo que hace que haya un cierto desequilibrio, ya que yo trato de apoyarme en él tanto para superar mi bache personal, como para recuperar nuestra relación y él sólo me necesita para lo segundo.
Supongo que lo mejor sería que me centrara en superar por mi cuenta mis problemas personales, para que una vez que haya salido a flote, pueda centrarme en reflotar la relación.
Tengo claro que no podemos tratar de estar bien el uno con el otro sin estar bien cada uno consigo mismo, pero por otro lado, me da miedo que se pierda todo el esfuerzo que cada uno hemos hecho porque nuestra pareja se salve, así que no sé si será mejor que estemos un tiempo sin tener contacto (y haciendo desaparecer sus cosas de mi casa) para centrarme en mi mismo o tratar de superar a la vez el bache personal y el de nuestra pareja.